Los Goya
Un silencio inunda la sala, las nominadas aparecen en la gran proyección sobre el escenario. Entre ellas, mi cara. Con el corazón a mil por hora y dando golpecitos con el tacón espero impaciente a oír la ganadora.
Mi nombre. Aplausos, gritos, abrazos. Es mi momento. Se lo dedico a toda mi gente, a Pedro Almodóvar, a la Academia, a mis compañeras de nominación. Me interrumpen. Es mi pareja, que quiere ducharse. Se queda sin dedicatoria de mi premio Goya imaginario.
PAULA
Que sería de nosotros sin esas maravillosas fantasías, que nos acompañan y nos consuelan y hasta nos pueden hacer reír a lo largo de nuestras humildes y rutinarias vidas?