Cinco líneas

Especial Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936)

(1963 -2023) Sesenta años escribiendo, veinte novelas, catorce ensayos y seis obras de teatro, estudios literarios y artículos de prensa. Una novela cada tres años, el artículo quincenal Piedra de toque en el diario El País desde hace treinta años, y anuncia que lo deja, que se acabó. No más artículos ni novelas. Con un ensayito sobre Sartre se despedirá en 2024. No habrá más novedades, lo dice con 87 años.

Reseñamos 3 novelas: la primera, La ciudad y los perros, la última, Le dedico mi silencio, y La tía Julia y el escribidor, y dos libros de Julia Urquidi y Eduardo Riestra que sobre todo van de Mario Vargas Llosa, escritor.

La primera

LA CIUDAD Y LOS PERROS (1963)

Mario Vargas Llosa

Planeta Agostini 1985/ 353 páginas.

5 líneas

-CUATRO -dijo el Jaguar.

Los rostros se suavizaron en el resplandor vacilante que el globo de luz difundía por el recinto, a través de escasas partículas limpias de vidrio: el peligro había desaparecido para todos, salvo para Porfirio Cava. Los dados estaban quietos, marcaban tres y uno, su blancura contrastaba con el suelo sucio. 

Comentario

Empieza y termina esta primera novela con el Jaguar, alumno del colegio militar Leoncio Prado. Dos años estuvo el adolescente Mario en este colegio que respiró por encima y estudió, radiografió en profundidad. Se dedicó a leer mucho, y no solo libros, también órdenes y memorias, partes e informes de guardia, la actividad militar del colegio y a soñar. Los perros son los adolescentes, cadetes del tercer curso. Y los novatos que son el objetivo de los Alberto, el Jaguar, el serrano Cava o el Esclavo, el núcleo duro de la novela que en su día también fueron novatos, son los protagonistas. Sus aventuras, amores y desamores, rivalidades, hasta un homicidio, recrean una novela singular, extraordinaria y entretenida, con la crueldad, la decadencia moral de unos niños que están dispuestos a aprender, con la facilidad que a esa edad se tiene para entender lo peor del ser humano. Al mago del melodrama le gusta cargar las tintas hasta la extenuación…, y desdoblar personajes como sucede con el Jaguar al final del libro.

La novela se empezó a escribir en Madrid y se terminó en París tres años después. Sus primeros años de matrimonio con Julia, compaginando la escritura de la novela con varios trabajos. Gracias a Carlos Barral se conoció en España, ganó un premio, se editó y se vendió muy bien; fue la primera de las veinte novelas que ha escrito.

Sigue siendo muy recomendable.

  La última!

LE DEDICO MI SILENCIO (2023)

Mario Vargas Llosa

Alfaguara 2023/ 301 páginas

5 líneas

A Patricia

¿Para qué lo habría llamado ese miembro de la élite intelectual del Perú, José Durand Flores? Le habían dado el recado en la pulpería de su amigo Collau, que era también un quiosco de revistas y prensa, y él llamó a su vez pero nadie contestó el teléfono. Collau le dijo que el aviso lo había recibido su hija Mariquita, de pocos años, y que quizás no había entendido los números: ya volverán a telefonear.

Comentario

 El último, según anuncia en el libro. Un ensayo novelado sobre la música popular peruana trufada con una historia de un tal Toño Azpilcueta en busca de un gran guitarrista peruano, virtuoso del momento, Lalo Molfino. Para el autor el cajón es la gran invención de la música peruana, ama el vals criollo, las marineras, polcas, décimas… Toño escribe de música popular y quiere crear el libro definitivo con el que unir a los peruanos primero y, después, quizá cruzar fronteras. Busca a Molfino, encuentra referencias lejanas. Escribe el libro y es un éxito, imprimen una segunda edición! Pasa de supervivencia mínima a ser considerado profesor, experto y colaborador de periódicos que pagan mucho. Se cambia de casa, progresa. La huachafería que practica en este libro el autor, los diminutivos, más de 20 en pocas páginas* una de las características principales de la escritura huachafa pero es Toño Azpilcueta el que se reivindica huachafo, ya saben: una visión del mundo, una manera de sentir, pensar, gozar, expresar y juzgar a los demás. El capítulo 26 lo deja meridianamente claro.

(*) Flaquita, chiquitita, valsecito, delgaditos, saborcito, articulito, lejitos, grupito, camisita morenitos, cartita, zapatitos, blanquitos…

Entretenida.

LA TIA JULIA Y EL ESCRIBIDOR (1977)

Mario Vargas Llosa

DE BOLSILLO 2015, decimotercera reimpresión 2023/ 490 páginas.

5 líneas

A Julia Urquidi Illanes, a quien tanto debemos yo y esta novela.

En este tiempo remoto, yo era muy joven y vivía con mis abuelos en una quinta de paredes blancas de la calle Ocharán, en Miraflores. Estudiaba en San Marcos, Derecho, creo, resignado a ganarme la vida con una profesión liberal, aunque en el fondo me hubiera gustado más llegar a ser escritor.

Comentario

Escrita entre 1972 y 1976, tras Conversaciones en la Catedral y Pantaleón y las visitadoras. Fue el tercer gran éxito de ventas seguido. El narrador del libro, cuenta la aventura laboral de Pedro Camacho, un sentimental propenso a los boleros, famoso escritor de radionovelas boliviano, muy de moda en la época, que es contratado por una emisora en Lima para hacer llorar a los oyentes peruanos. La vida en la radio, boletines, músicas, dedicados, comerciales, secretarias, la historia de amor de Varguitas y Julia Urquidi. Cada capítulo se alterna con una de las historias melodramáticas que tan bien enlaza. Un empresario que se dedica al exterminio de plagas, centrado en las ratas, en venganza por haberse comido a su hermana bebé. Las ratas, obsesión frecuente en la obra de Vargas Llosa. O Lucho Abril Marroquín, propagandista de la Bayer, que sufre un accidente con el auto, y la doctora Acémila, psicóloga y filosofa, le atiende las secuelas traumáticas que arrastra un año después. Divertido disparate como el del reverendo padre don Seferino Huanca Leyva, o el de Joaquín Hinostroza Bellmont un famoso referí-arbitro-.  Una novela en la que el autor es un liante enamoradizo que ya apunta maneras de escritor con firma propia.  Escrita hace casi 50 años es un gran ejemplo de auto ficción.

Al final de la novela sabemos que el matrimonio con la tía Julia funcionó ocho años. En la misma página que aparece Patricia, desaparece Julia. Tras la publicación, la tía Julia se enfadó y escribió “Lo que Varguitas no dijo”. 

Divertida, más que recomendable.

Huachafo: página 300…

La tía Julia y Varguitas tienen un despachito en Panamericana, donde trabajan. Un reservado, pequeño, donde pueden hacer manitas, besarse. Conversan…

-¿Se puede decir que esto es nuestro nido de amor? -me preguntaba la tía Julia- ¿o también es huachafo?

-¿Por supuesto que es huachafo y que no se puede decir-le respondía yo-. Pero podemos ponerle Montmartre.

-Jugábamos al profesor y a la alumna y yo le explique lo que era huachafo, lo que no se podía decir ni hacer y había establecido una censura inquisitorial en sus lecturas, incluida Corín Tellado… una dialéctica fogosa, en el juego de la huachafería.

LO QUE VARGUITAS NO DIJO (1983)

Julia Urquidi Illanes

Sello La Mancha 2010/293 páginas.

5 líneas

Cuando conocí a “Varguitas”, en modo alguno llegué a sospechar que, a su lado, habrían de transcurrir los años más felices de mi vida y también los de mayor tristeza, desencanto y amargura que cualquier mujer pueda soportar. Mario era un niño debilucho, engreído, antipático; toda la familia vivía alrededor de él y tenía conciencia de su privilegiada situación y sabía como utilizarla.

Comentario

Si alguien animó, ayudó a ser escritor a Varguitas fue Julia Urquidi, Negra, Negrita, para Mario. 0cho años estuvieron juntos. Lima, Madrid, París o Barcelona. Seis meses después de haber leído la novela y dejarlo pasar, tras las primeras noticias sobre una teleserie para televisión en producción, Julia Urquidi se enfadó y empezó a pensar en su libro.  Un libro de 1983, sobre su vida con un Mario Vargas Llosa jovencito, al que por cierto Patricia puso todas las pegas del mundo para que no llegara a las librerías. Las notas, cartas, visitas, fichas y capítulos de La ciudad y los perros, prácticamente terminada. Cuenta su boda traumática incluida, la beca de Mario en Madrid y después Paris. Julia guardó fotos, caricaturas, postales, cartas. Reproduce algunas de 1962, verano difícil en la vida de la pareja. Quería volar de Lima a París y Mario, prefería estar solo y escribir. Gracias a este librito sabemos quién era el Maestro de las Letras, el Pedro Camacho de la Tía Julia… descrito con detalle (…delgado, cabello de un rubio descolorido, de ojos un poco saltones…), compañero de Radio Panamericana. Comenta los momentos de tensión familiar en Lima, viviendo en familia, en presencia de su sobrina Patricia. Cruza cartas con Mario o con Julio Cortázar, y otros amigos que aportan la escasa altura que se puede tener en una situación tan personal como esta. Señora enamorada de su marido y éste dando largas a la verdad de las mentiras: que estaba enamorado de la joven sobrina de su mujer. Con el tiempo se terminó solucionando todo. Julia y Mario se divorciaron en 1964 y Patricia y Mario en 1965 ya estaban casados. Matrimonio que duró 50 años.

A resaltar la larga carta del 15 de octubre de 1977 donde Mario cuenta a Julia de que va el libro que tiene en las manos, La tía Julia y el escribidor, y como lo ha escrito. Porqué y cómo ha metido retazos de sus vidas en esta divertida novela. Y deja muy claro que no es una biografía.

Testimonio conmovedor de una mujer que acompañó a un joven estudiante que se convirtió en escritor. Entretenido, recomendable.

EL NEGRO DE VARGAS LLOSA (2023)

Eduardo Riestra

Pepitas & Los aciertos 2023 / 225 páginas.

5 líneas

A Mario Vargas Llosa, mi familia puede esperar.

Capítulo I

El 7 de octubre de 2010, hacía mediodía, se hizo público que el Premio Nobel de Literatura de ese año había recaído en Mario Vargas Llosa. Lo recuerdo porque yo estaba viviendo un momento de gran tensión al contemplar como mi amigo el editor Jesús Egido robaba un libro de los viajes de Pierre Loti en el stand de la Feria del Libro de Frankfurt…

Comentario

Ha sido corrector de estilo, buscó las cacofonías y las repeticiones del Celta, terminó el Héroe discreto… también corrigió Cinco Esquinas. Los escritores tienen los apoyos que necesitan, que buscan, encuentran, amigos, lectores, editores. Llamemos negro, editor, corrector, colaborador. Hemos tenido la suerte que uno de ellos ha escrito una novela. Eso dice. Cuenta sus andanzas por el mundo editorial. Lleva más de 20 años de feria en feria del libro. Y México DF le emociona especialmente.  Su trabajo con los folios escritos por Vargas Llosa. Esos sobres con un altito de páginas para leer, repasar. Relaciones muchas, con pequeños y grandes editores. Y anécdotas de gran calibre. ¿Quién corrige todas y cada una de las páginas de Mario?  La respuesta págs. (27-28). 

El negro se llama Eduardo Riestra y es editor periférico, gran lector y estudioso de la obra de Mario y otros como José María Arguedas o Roberto Arlt, en profundidad, por gusto y por trabajo. Se ha leído la obra entera de Mario y tiene hasta un ranking de las 9 mejores novelas: 1- Lituma en los Andes, 2- Conversación en la Catedral, 3- La ciudad y los perros, 4- La tía Julia y el escribidor, 5- La guerra del fin del mundo, 6- La fiesta del Chivo, 7- ¿Quién mató a Palomino Molero? 8- La casa verde. 9- El sueño del celta…. Pag (166). Bastante de acuerdo.

Más anécdotas, ¿Por qué se llamaba Mark Twain a Samuel Langhorne Clemens?  La respuesta en este entretenidísimo libro, que no sé si es una novela, pero recomiendo. 

J.A. Sanz

3 comentarios en «Especial Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936)»

  • Creo que a Mario le va a gustar esta despedida del año. A falta de incluir lo de Sartre, que seguro que lo tiene escrito y saldrá editado en breve. Deja obra abundante y de gran calidad.

    J.A. Sanz el 2024 más y mejor.

    Salud,
    Cándido S. Polite

    Respuesta
  • Hoy, en el diario El País, Fernando Aramburu se marca un articulito poniendo a Mario por las nubes. parece que a él también le ha leído y le ha gustado… Bien por Aramburu.
    Cándido

    Respuesta
  • … y Eduardo Riestra el que más sabe de Mario y sus libros, que opinará de la despedida de Mario Vargas Llosa. Seguro que lo veía venir…

    Respuesta

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