Relatos con música

Canción de cuna

Para Ander, que sea muy feliz entre músicas y algodones

Cuando acababan las clases, Johannes y Berta solían dar un largo  paseo. A mitad de camino, en el Baaken Park, la pareja se sentaba en un banco, junto al lago. Ella le susurraba al maestro una melodía que su cabeza había creado para estas ocasiones. Sencilla, amable, sutil… muy alejada de la idea que Brahms tenía de la música. Pero le gustaba que la chica se atreviera a musitar aquellas notas junto a su oído. Era todo un gesto de confianza, de atrevimiento. Una joven así, merecía la pena. Incluso llegó a pensar que tal vez estaba enamorada de él.

Pero los años pasaron. Brahms siguió en su soltería y la joven Berta Faber se casó con el crítico musical alemán Werner von Herzogenberg. El compositor siguió cultivando la amistad con el matrimonio. Y se acordó de aquella cancioncilla que la joven Berta le susurraba en la época en la que maestro y alumna mantenían una fuerte relación. Y a ella le dedicó su Vals en La mayor, como símbolo de reconocimiento y de amistad.

El matrimonio Herzogenberg tuvo dos hijos. Y al segundo, Hans, Brahms decidió dedicarle una canción de cuna, la famosa Wiegenlied, tal vez la más famosa nana de cuantas se han escrito a lo largo de la historia. En su partitura se aprecia la contramelodía que oculta la tonadilla que la joven Berta le cantaba al  maestro. No sería la última vez que estas notas inspiraban al músico hamburgués.

La Wiegenlied es un lead compuesto para voz y piano. Fue estrenada en 1868 en Viena. Las interpretó por primera vez la soprano Louise Dustmann. Al piano, nada más y nada menos que Clara Schumann. Para los críticos, la nana de Brahms es la expresión más acertada de la voz materna. 

En principio, la composición tenía una sola estrofa, sacada de un poema tradicional alemán, titulado Des Kaben Wunderhorn, El cuerno mágico de la juventud, de autor desconocido.

La composición tuvo tanto éxito que Johannes Brahms decidió añadir una segunda estrofa y acudió al poeta germano Georg Scherer, quien atendió el requerimiento del compositor. 

Unidas las dos estrofas, la letra de la nana es ésta:

Buenas tardes,

buenas noches,

cubierto de rosas,

deslízate bajo la colcha:

mañana temprano,

si Dios quiere,

de nuevo despertarás.

Buenas noches,

buenas noches,

protegido por ángeles,

que te mostrarán en sueños

el árbol de Navidad:

sueña ahora feliz y dulce,

contempla en tus sueños el Paraíso.

En 1877, Brahms recurrió de nuevo a su memoria y basó el primer movimiento de su Segunda Sinfonía, Opus 73 en Re mayor en las notas que le habían inspirado la Canción de cuna. La melodía se introduce por primera vez en el compás 82 y continua desarrollándose a lo largo de todo el movimiento. Pero en esta ocasión, la intención no es dormir al oyente, sino todo lo contrario. Y lo consiguió, pues esta Sinfonía es tal vez la más característica y conocida del compositor, símbolo del romanticismo. 

Gabriel Sánchez

Esther Ofarim, en directo en 1996, canta Canción de Cuna:

Solo música, con Arthur Horning, al violonchelo, y Klara Horning, al piano:

Un comentario en «Canción de cuna»

  • Que interesante historia!
    Es la nana preferida de mi pequeña nieta y no sabía su letra..

    Respuesta

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