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En recuerdo del profesor Aristu

Javier Aristu (fotografía de Crónica Global)

A principios de esta semana falleció Javier Aristu, intelectual sevillano y referente de la izquierda andaluza al que tuve la suerte de tener como profesor de Filosofía durante tres años en una de las Escuelas Europeas de Bruselas, allá por el 2006.

Él fue el primero que me habló de los ágrafos, de Sócrates, de la ética y de la muerte. Recuerdo sus clases vivamente: leíamos textos, los comentábamos y filosofábamos guiados por su paciencia y su savoir faire pedagógico. Un día incluso nos llevó a dar una vuelta alrededor de los edificios del colegio mientras impartía la lección, al más puro estilo peripatético. Aún le recuerdo riéndose cuando le confesamos que a sus espaldas le llamábamos Aristúteles.

Leyendo los obituarios que distintos medios han publicado, me he quedado asombrado con la envergadura política e intelectual de Javier, no conocía su historia completa. Pienso que esto le ennoblece todavía más ya que en clase nunca hizo alarde de su trayectoria para impresionarnos o intimidarnos, se dedicó simplemente a sembrar en nosotros la semilla del pensamiento.

En la memoria guardo con especial emoción unas jornadas que organizó en torno al Holocausto: consiguió que el colegio organizase un viaje a Polonia para visitar Auschwitz y que un superviviente de aquel horror viniera a darnos una conferencia. Todavía puedo evocar la impresión que me causó ver aquellos números tatuados en el brazo…

Con 16 años Aristu era mi profesor favorito. Ahora que tengo 30 ya sé por qué: aquel profesor sevillano me enseñó a pensar por mí mismo e inspiró muchos de los valores que hoy defiendo. Creo que esa era su intención cuando abría un libro, leía una frase y te miraba fijamente preguntando “¿y tú qué crees que quiere decir esto?”.

Guillermo Sánchez Amador

3 comentarios en «En recuerdo del profesor Aristu»

  • Que suerte haberlo tenido de profesor y que orgulloso se sentiría leyendo tus palabras!

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  • Me alegro mucho por ti Guille, ojalá hubiera más profesores como él.

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  • Estoy de acuerdo totalmente, la mejor definición de un buen profesor podría ser esta: el que te enseña y anima a pensar por ti mismo. Que dicho sea de paso, no es tarea fácil, más bien es difícil. O que no es cosa menor, sino mayor, que diría Rajoy.

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