Pompa y Circunstancia
Edward Elgar nació en la plácida localidad de Worcester, en Inglaterra, en 1857. Su padre, afinador de pianos y poseedor de una tienda de partituras, le introdujo en el mundo de la música desde muy pequeño. Tenía grandes proyectos para el pequeño Edward que se encontraba en medio de su numerosa prole: siete hijos. Pero la fama y el éxito no llamaban a la puerta del muchacho y decidió dedicarse a la abogacía porque, la verdad, de la música no iba a vivir. Sin embargo siguió prestándole atención a su afición: tocaba el violín en alguna orquesta menor y llegó a dirigir una banda, la del asilo psiquiátrico de Powick, cerca de su localidad natal. Viajó por Europa, se empapó de las modas musicales de la época y, a su regreso, decidió aplicar sus aptitudes musicales a las grandes obras corales y orquestales.
Y la fama, esa escondida peculiaridad que andaba buscando desde joven y que se hacía de rogar, llegó, al fin, en 1896. Y Londres fue su catapulta, nada menos que de la mano de la realeza. La Casa Real británica le encargó una marcha para conmemorar el jubileo de diamantes de la Reina Victoria, que se celebraba el 22 de junio de 1897. Su Marcha Imperial fue todo un éxito y el nombre de Elgar comenzó a circular por el todo Londres musical como un compositor atrevido, ingenioso, respetado, máxime cuando la receptora de la obra había sido nada más y nada menos que la Reina Victoria.
Cinco años después le llegó el siguiente encargo: escribir una pieza para poner el punto y final a la reunión de música clásica más importante de toda Inglaterra: la reunión Promenade, los famosos Proms, que desde 1895 reunía en la capital británica a las orquestas y solistas más importantes del momento. La idea había partido del empresario Robert Newman y del músico Henry J. Wood. La reunión se celebraba en el Queen’s Hall. Y allá que se presentó Elgar, revestido con el éxito de su Marcha Imperial con otra marcha que tituló Pompa y Circunstancia, tomando estas palabras de una frase que se puede leer en el Otelo de Shakespeare“…el relinchoso corcel, la estridente trompeta, el tambor que conmueve el espíritu, el pífano que perfora los oídos, el estandarte real y toda la calidad, el orgullo, la pompa y la circunstancias de una guerra gloriosa”. La marcha se estrenó en 1901 en un concierto dirigido por uno de los padres de los Proms, Henry J. Wood, quien describió así el éxito de la obra: “El público se levantó y gritó. Era la primera vez que se concedía un bis doble a una obra interpretada por una orquesta en los conciertos Promenade”.
El éxito volvía a sonreírle y comenzaron a lloverle encargos, en esta ocasión, también con el sello de Buckinham Palace. El Rey Eduardo VII acababa de subir al trono, tras la muerte de su madre. En su homenaje, se iba a celebrar un gran concierto de gala en la Royal Ópera House. Se le pidió a Elgar que añadiera a la exitosa marcha Pompa y Circunstancia unas cuantas notas más para incluir unos versos del poeta A.C. Benson. El flamante Rey aprobó la iniciativa y Elgar se puso a trabajar. Pero la cantante Clara Butt le convenció para que adaptase los versos de Benson en el extenso tema que forma el trío de la primera marcha. El músico pidió al poeta que ampliara el texto para permitirle incluirlo en la obra, pues estrofas y partitura no coincidían en extensión. Y el compositor incorporó los versos en la primera versión de su Pompa y Circunstancia. Otro grandísimo éxito. Los editores de las partituras se percataron rápidamente del potencial que tenían en sus manos, pues todo el mundo tarareaba la marcha y había memorizado los versos. Todo el mundo se hizo rico.
Hoy, Pompa y Circunstancia se asocia irremediablemente a los actos de graduación de las universidades y colegios mayores. En cualquier centro educativo del mundo la marcha tiene un lugar especial en tan singulares momentos, cuando los estudiantes finalizan sus estancias y reciben con honores sus merecidos títulos académicos.
Pero más allá de estas consideraciones y de la asociación que todo el mundo hace de la marcha con los actos académicos, Pompa y Circunstancia se ha convertido en el segundo himno nacional de Gran Bretaña y se sigue interpretando en la última jornada de los Proms que, año tras año, se celebran en el Royal Albert Hall londinense.
¡Ah!, los versos que incorporó Elgar a la partitura y que el público canta a coro cada vez que se interpreta comienzan así:
Tierra de esperanza y gloria, madre de los libres
¿Cómo te ensalzaremos, que naciste de ti?
Más y más amplios serán tus límites;
Dios, que te hizo poderoso, te hace aún más poderoso,
Dios, que te hizo poderoso, te hace aún más poderoso.
Elgar compuso un total de cinco marchas a lo largo de 30 años, desde 1901 hasta 1930. Murió en 1934. Pero ninguna es recordada como la primera. Y con toda justicia.
GABRIEL SÁNCHEZ
Aquí se puede ver y escuchar una increíble Marcha primera de Pompa y Circunstancia (Land of Hope and Glory – Last Night of the Proms 2009), con Sir Andrew Davis y la BBC Philarmonic.