Lago en el cráter
ENTRE el bien y el mal hubo una guerra.
Decidimos que el cuerpo fuese el bien.
Eso hizo que el mal fuese la muerte,
que el alma se volviera
completamente en contra de la muerte.
Como un soldado que desea
servir a un gran señor, el alma
desea cerrar filas con el cuerpo.
Se puso en contra de la oscuridad,
en contra de las formas de la muerte
que reconocía.
De dónde viene la voz
que dice: y si la guerra
fuese el mal, que dice
y si fue el cuerpo el que nos hizo esto,
nos hizo tener miedo del amor.
Louise Glück
Glück obtuvo el Premio Nobel en 2020. Dijo el jurado, glosando su obra, que lo merecía “por su característica voz poética, que con su austera belleza hace universal la existencia individual”.
Abraham Gragera, su traductor al español, apuntó (en El País) que “por sus poemas es difícil pasearse sin más, (…) Sus palabras no deslumbran, alumbran. Su lenguaje es óseo, medular, nace de una renuncia radical y cultiva una transparencia y sencillez que atrapan enseguida al lector y dan muchos quebraderos de cabeza al traductor, pues nada hay más difícil de traducir que esa poesía que parece, a primera vista, sencilla, pero cuya sencillez no es un punto de partida, una decisión a priori, sino de llegada, un logro del estilo”. La poeta y el traductor.
(1) (CRATER LAKE. THERE was a war between good and evil./ We decided to call the body good./ That made death evil./ It turned the soul/ against death completely./ Like a foot soldier wanting/ to serve a great warrior, the soul/ wanted to side with the body./ It turned against the dark,/ against the forms of death/ in recognized./ Where does the voice come from/ that says suppose the war/ is evil, that says/ suppose the body did this to us,/ made us afraid of love.)