Una bruja urbanita en el siglo XXI
Hay un parque al lado de mi casa donde los niños juegan al fútbol, las madres hacen picnics, los jóvenes corren y las familias pasean a sus perros. Cuando hace un poco de calor siempre hay algún vecino que se tumba sobre una sábana a tomar el sol. Es un buen parque, ni muy grande ni muy pequeño. Algunos espacios al sol y otros a la sombra. Mesas de picnic y bancos esparcidos alrededor.
He encontrado un rincón del parque escondido tras unos matorrales. A veces hay familias que se reúnen bajo el árbol a comer o pasar la tarde. Es una parte del parque que está ligeramente inclinada, por lo que nadie suele caminar por ahí ni jugar al fútbol.
La hierba es alta y mullida, con pequeñas flores moradas, amarillas y blancas que asoman. En este rincón del parque hay abejas, no avispas. A veces viene a saludar alguna mariposa. El césped es tan cómodo que no hace falta apoyarse sobre el bolso o la chaqueta. Es como una cama verde que me hace cosquillas.
Hay cierta magia en el acto de notar la tierra bajo la planta de los pies. La hierba se mete entre los dedos, a veces se enreda como un anillo. Alguna hormiga curiosa se acerca, se choca y vuelve por donde venía. Cuando hay un poco de viento, las hojas del árbol se mueven y parecen el reflejo del sol en un río.
En este rincón del parque me siento conectada con la naturaleza. Miro alrededor y una parte de mí quiere gritar “¡VIVA LA MADRE TIERRA! No sé muy bien por qué llamamos a la Tierra madre. Quizás porque es nuestro hogar y nos amamanta con todo lo que ofrece. A lo mejor todos necesitamos un poco de “terapia natura” para entenderla, respetarla y cuidarla. No estaría mal encontrar momentos en los que estar descalzo y dar las gracias.
Hay días en los que siento que soy una brujita en la gran ciudad. Comparto mi espiritualidad en instagram, pero hay un trocito que me guardo para mí. Espero que todos encontremos nuestro rincón del parque.
Texto e Ilustración: PAULA SÁNCHEZ AMADOR
Que bien escrito Paula!! Y que sensación de paz me inspira…
Es un gusto cómo escribes, ojalá ir a ese parquecito.