La retrospectiva más importante de Maruja Mallo, ahora en Madrid

El Museo Reina Sofía de Madrid acoge desde ayer una gran exposición de la pintora Maruja Mallo (1902-1995), con cerca de un centenar de obras que ilustran la trayectoria de esta artista genial, figura destacada de la Generación del 27, surrealista y a la vez musa.

La muestra, que ya pudo verse el pasado verano en el Centro Botín de Santander, incluye pinturas, documentos y vídeos, escritos y dibujos que recorren toda la vida y carrera de Mallo: desde el realismo mágico y sus trabajos surrealistas hasta las figuras geométricas, fantásticas y cósmicas de su última época. Desde sus obras en el Madrid de entreguerras, con escenas populares, dinámicas y coloristas hasta sus series sobre el trabajo – la Religión del Trabajo, lo llamó ella- monocromáticas y clásicas. De sus naturalezas vivas y sensuales a sus figuras y cabezas femeninas, altivas y fuertes. Porque la mujer es una gran protagonista en su obra. Mujeres modernas, femeninas, activas y alegres como las que pueden verse en la serie de las Verbenas, tal vez su obra más conocida por la vivacidad, colorido y mezcla de arte popular y vanguardia.

Maruja Mallo nació en Vivero (Lugo), pero el trabajo de su padre llevó a la familia -de catorce hijos- a vivir a Avilés, pasando allí su adolescencia, y a Madrid posteriormente, donde Maruja llegó con 20 años y entró a estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Desde ese momento, su obra fue tomando relevancia. Se relacionó con artistas, intelectuales y escritores de la Generación del 27; ilustró numerosas publicaciones literarias, expuso en Madrid y más tarde en París, en Londres y en Barcelona. Su personalidad atrajo a poetas como Rafael Alberti o Miguel Hernández, con los que mantuvo relaciones amorosas. Trabajó como docente en las Misiones Pedagógicas y al estallar la guerra civil huyó a Portugal y de allí a Buenos Aires, donde siguió pintando y exponiendo hasta que en 1949 se traslada a vivir a Nueva York. Trece años más tarde, en 1962, regresó definitivamente a España.
Atrevida y transgresora

Atrevida, transgresora, polifacética, divertida, ácida, provocadora, alegre, irrespetuosa con la tradición, irónica, apasionada, rebelde, excéntrica, adelantada a su tiempo, fueron algunos de los calificativos que recibió la artista Maruja Mallo y que, conocida su vida y su trayectoria, puede que se queden cortos. Una vida y obra singular, y así lo contamos, cuando una de sus obras fue elegida para la Bienal de Venecia de 2022 que llevaba por lema The milk of Dreams.

Comisariada por Patricia Molins, miembro del Departamento de exposiciones temporales del museo madrileño, esta amplia muestra de la obra de Maruja Mallo podrá verse hasta el 16 de marzo de 2026. Si no tuvieron la oportunidad de disfrutar de ella en Santander, es una buena ocasión para verla en Madrid. No se la pierdan.
A. Amador