Relatos con música

Muchos invitados al cabaret

Liza Minelli y Joel Grey en una escena de la película Cabaret

Cuando alguien trata de relacionar música y cabaret, enseguida surge en nuestra memoria la imagen de la incomparable Liza Minnelli en el papel de Sally en la película de Bob Fosse de 1972 que cosechó un puñado de premios Oscar. Y es cierto: Cabaret es a la película de Fosse y a Liza Minnelli lo que Lo que el viento se llevó es a Victor Fleming y a Clark Gable y Vivian Leigh. Y hay otra similitud entre las dos cintas: la mayoría de los espectadores desconocen el autor o autores de las bandas sonoras, tan famosas, tan épicas, tan próximas a nosotros y que hemos tarareado en más de una ocasión o hemos puesto como ejemplos musicales en alguna conversación que tratara sobre este particular. Para no dejar cabos sueltos entre los lectores de este relato, decir que la partitura de Lo que el viento se llevó es de Max Steiner, un clásico de Hollywood.

Sin embargo, Cabaret tiene historia propia. El escritor británico (nacionalizado norteamericano en 1946) Christopher Isherwood escribió en 1939 una novela que llevaba por título Goodbye to Berlin, cuya trama era la relación de una cantante de cabaret con un joven norteamericano en el Berlín de los años 20. Los personajes secundarios, la pensión donde el joven se hospedaba, el maestro de ceremonias del local, los incipientes camisas pardas, flotaban en el ambiente que recreó el novelista en su obra. En 1951, otro británico, también nacionalizado norteamericano (qué coincidencia), John Van Druten, escribió una obra de teatro, basada en la novela de su compatriota. Llevaba por título I Am a Camera. Se representó en los escenarios norteamericanos con gran éxito. 

John Kander y Fred Ebb (Fot: Friedman-Abeles)

Sandy Wilson, un conocido compositor de éxito, quiso llevar la obra a los escenarios de Broadway. Y le propuso al productor David Blak que asumiera la puesta en escena de la obra de los dos autores británicos. Pero Blak no había renovado los derechos sobre los trabajos de Isherwood y Van Druten, que estaban en posesión de otro lobo de Broadway, Harold Prince. Éste se deshizo rápidamente de las partituras de Sandy Wilson, pues consideraba que no captaban la verdadera idea que se quería plasmar del Berlín de los años 20. Y encargó la parte musical del espectáculo al músico John Kander y al letrista Fred Ebb. Se respetó el libreto que había escrito Joe Masteroff a instancias del propio Sandy Wilson.

En un principio, la obra se concibió como un drama, en cuyo prólogo se interpretaban algunas canciones para generar el ambiente propio de un cabaret del Berlín de entreguerras. Pero cuando Kander y Ebb se dieron cuenta del potencial que tenían sus composiciones, convencieron al productor para que el espectáculo llevara la estructura de un musical clásico, con diálogos y música entrelazados. Desaconsejaban concebir la otra con partes diferenciadas entre la música y la declamación.

Jill Haworth (Foto: Leo Friedman)

Se modificaron algunos personajes de la novela y la obra de teatro y se dio entrada a otros nuevos, de tal forma que el musical contaba dos historias paralelas: la vida en el Kit Kat Club y la relación de los personajes que aparecen en la pensión, espejo de la sociedad alemana de la república de Weimar.

El preestreno en el Shubert Theatre de Boston en octubre de 1966 fue todo un éxito por la novedad que Harold Prince había introducido en el montaje: mientras los espectadores iban llenando el teatro, el telón estaba ya levantado, mostrando un espacio vacío con tan sólo un gran espejo que reflejaba el patio de butacas. Además, el musical no tenía obertura y en su lugar se escuchaba un redoble de tambor seguido del sonido de un platillo.

El estreno oficial se produjo en diciembre de ese mismo año en el Broadhurst Theatre de Broadway. Jill Haworth fue la primera cantante que dio vida a la famosa cabaretera.

Después, versiones y más versiones (incluso de teatro en 1972, no con la trama original, sino con la que nos muestra la película con sus personajes secundarios “ascendidos”)  hasta llegar al éxito del Cabaret cinematográfico. Además, no hay que olvidar la versión que de una de las canciones más emblemáticas del musical hizo Louis Armstrong en 1968 dentro de su disco What a Wonderful World , producido por ABC Records.

Al César lo que es del César.

GABRIEL SÁNCHEZ

Aquí dejamos tres videos de Cabaret. El primero pertenece a la película Cabaret de Bob Fosse, con Liza Minelli cantando Main Herr with chair. El segundo es una escena de la obra de teatro con la que Alan Cumming ganó en 1998 el Tony Award al mejor actor musical. Y por último, la versión de Cabaret de Louis Armstrong

Un comentario en «Muchos invitados al cabaret»

  • La puesta en escena de Alan Cumming es buenísima. No tenía ni idea de los autores de la música y la letra, John Kander y Fred Ebb. Gracias por recordarnos a los de detrás de la pantalla.

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