Relatos con música

Ya es primavera en el Patio

Alegoría de la Primavera, obra del pintor renacentista Sandro Botticelli (1477-1482 Galería Uffizi, Florencia)

Y también en Venecia. Ahora y en 1721, cuando Antonio Vivaldi decidió acometer un reto: componer ocho conciertos para violín, encargados por el conde Morzín, un aristócrata, mecenas de la música, oriundo de la región de Bohemia, que se paseaba por toda Europa, talonario en mano, pidiendo a los grandes compositores obras para su deleite. Joseph Haydn fue, por ejemplo, su director musical.

Había una condición que hemos explicado en relatos anteriores, relativos a las otras estaciones meteorológicas a las que Vivaldi puso música: la partitura debía ir acompañada de un poema para poder contrastar verso y música, la espiritualidad entre lo que se sentía en el interior el hombre, plasmado en la palabra y en la melodía. 

Vivaldi por Morellón de la Cave (1725)

Y Vivaldi decidió acometer el reto. También hemos contado que, probablemente, según criterio de los entendidos, los versos los escribió el propio Vivaldi porque, a decir verdad, eran bastante malos y no se ajustaban a los cánones poéticos de la  época.

Y el compositor se inspiró en la meteorología para dar sentido a la obra. Los cuatro primeros conciertos para violín están dedicados a las cuatro estaciones.

La primavera, que nos ocupa desde el 20 de marzo, es un reflejo de la época que quiere describir. Rebosa vitalidad, es capaz de mostrar el trino de los pájaros, el tapiz verde de los prados donde empiezan a aparecer las primeras flores de la época. Hay un diálogo constante entre los instrumentos.  Hay quien ha visto en La Primavera un cuadro musical, lleno de luz pura y cálida. Vivaldi utiliza un recurso propio de la época: repetir un estribillo de forma constante, lo que se conoce como ritornello. La estructura es sencilla: Allegro en mi mayor, largo e pianissimo en do sostenido menor y allegro pastorale en mi mayor. Esta misma estructura será utilizada en los tres conciertos restantes que componen la obra completa de Las cuatro estaciones. Pero puede decirse que La Primavera es la introducción para comprender los que vendrán a continuación y que formarán parte del paisaje musical de todo el año. Un paisaje que no es sólo sonoro, sino que predispone al oyente con sentimientos propios de cada una de las épocas.

Sir Neville Marriner

La obra pasó relativamente desapercibida, sólo escuchada en auditorios a los que acudían melómanos. El  gran público apenas conocía la partitura. En 1939 se produjo la primera grabación de Las cuatro estaciones y en 1940  salieron al mercado seis discos con los cuatro conciertos completos, en su concepción inicial, tal y como los había escrito el compositor. Pero seguían sin obtener el favor del gran público. 

No fue hasta el año 1969 cuando La Primavera empezó a popularizarse. ¿Qué pasó? ¿De quién fue la culpa? Pues nada más y nada menos que de Sir Neville Marriner al frente de la orquesta de la Academy of San Martin in the Fields. El violinista de esta formación, Alan Loveday reformó  la partitura original y le dio un aire más popular que rápidamente fue aceptado por el gran público. La Primavera, desde ese momento, se convirtió en una pieza de repertorio de las orquestas de cámara, compuesta por un violín solista, cuarteto de cuerda (primer y segundo violín, viola y violonchelo) y bajo continuo, es decir, un clave, el abuelo del piano.

La Primavera ha inspirado otras obras de grandes autores. Por ejemplo Beethoven tiene escrita una Sonata de Primavera; Robert Schumann compuso  su Sinfonía de Primavera; Ottorino  Respighi también aportó su particular Primavera, una de las partes del tríptico que el autor compuso inspirándose en las pinturas de Botticelli, que se exponen en la galería del palacio de los Uffici en Florencia. Verdi quiso emular a Vivaldi: compuso un ballet que tituló Las cuatro estaciones. Ha pasado a la historia de la música sin pena ni gloria. Lo de Verdi era cantar, no bailar. Lo de Vivaldi era componer, no escribir versos. Cada uno a lo suyo.

Gabriel Sánchez

N de R.: De las cuatro estaciones, Otoño e Invierno se pueden leer también en el Patio.

La Primavera, interpretado por Voices of Music y la violinista solista Alana Youssefian , con instrumentos originales de la época de Vivaldi:

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