Relatos con música

Cervantes en Broadway

Lee J. Cobb, como Don Quijote, y Elli Wallach, como Sancho Panza, en una escena de la película Yo, Don Quijote

Un personaje como Don Quijote no podía pasar desapercibido en los Estados Unidos, país ávido en reconocer hechos y héroes que se forjaron en la vieja  Europa, el continente que exportó vida, experiencia, historia, filosofía, ciencia, creatividad, a fin de cuentas, a un país  que sólo podía mostrar con orgullo a George WashingtonDaniel Boone, al general Custer o a Búffalo Bill.  Ni siquiera Gerónimo o Toro Sentado estaban en la lista de los  americanos ilustres, probablemente con más méritos que los demás.

Wasserman

La idea original partió del escritor Dale Wasserman, autor de guiones de televisión, quien decidió escribir una telenovela para la CBS en 1959. La narración se incluiría en el programa Dupont Show of the Month, que estuvo en antena hasta 1961. El título, El hombre de la Mancha, los actores, Lee J. Cobb como Don Quijote y Elli Wallach como Sancho Panza. Pero al director de la cadena no le gustaba el título. Eso de La Mancha, pensaba, no enganchaba al gran público, pues era una región española, desconocida por completo para los estadounidenses. Así pues, se modificó y, al final, se estrenó bajo el nombre de Yo, Don Quijote. El 20 de noviembre de 1959 se puso en antena con gran acogida, nada menos que 20 millones de espectadores vieron la obra. El argumento salió de la cabeza de Wasserman: Un Don Quijote prisionero espera el juicio al que le va a someter la Inquisición. Para evitar que otros encarcelados le quiten un preciado manuscrito que tiene entre sus pertenencias propone un juego: que cada preso represente a uno de los personajes del texto que guarda celosamente. Cervantes hará dos papeles: el suyo propio y el de Don Quijote. 

La idea de trasladar la telenovela a los teatros de Broadway y convertir Yo, Don Quijote en un musical partió del director de espectáculos musicales Albert Marre. Contactó con Wasserman y le pidió adaptar la obra. Para ello contó con Mitch Leigh, quien compuso la música, y un letrista, W.H. Auden. Pero las letras de Auden no gustaron al director. Eran dardos hirientes contra la burguesía norteamericana, que era tratada de forma mordaz como altanera, orgullosa y soberbia. Había que darle un sentido más patriótico y menos crítico a las letras. Y se pensó en el poeta Joe Darion para que escribiera los textos de las canciones que iban a interpretar los actores. Entre el elenco que fue seleccionado para el papel de Don Quijote, el actor Rex Harrison. Pero al final fue rechazado, pues su  tesitura de voz no era la adecuada para el doble papel que se requería. Fue reemplazado por Richard Kiley

R.Kiley

Ahora sí. El musical se estrenaría con el título de El hombre de la Mancha. Y quien no supiera qué región española era, que lo buscara en la enciclopedia. Gran éxito, incluso antes de la llegada a Broadway, pues, costumbre de algunos directores de musicales, primero la experiencia fuera de Nueva York y después, visto el éxito, a la meca de los musicales. El hombre de la Mancha se estrenó en la Goodspeed Opera House de East Haddam, en Connecticut, el 14 de agosto de 1965. Tres meses después, el ANTA Washington Square Theatre acogió la obra. Estuvo en cartel en distintos escenarios del distrito neoyorkino hasta 1971, acumulando un total de 2.326 representaciones. 

El musical es uno de los más representados en los escenarios de todo el mundo. Se ha traducido a cincuenta idiomas y ha sido visto, según cálculos de los especialistas, por más de 100 millones de personas. 

Y, como en todo musical, hay una partitura que destaca sobre todas las demás. Se interpreta, incluso, fuera del contexto de toda la obra, sin saber, en muchos casos, de dónde procede. Esto ocurre en El hombre de la Mancha con el tema El sueño imposible. Dulcinea, contrariada por las burlas que Don Quijote recibe en la venta, le pregunta por qué hace eso, y el caballero andante le responde:

Soñar el sueño imposible,

Luchar con el enemigo invencible,

Abrazar el pesar insoportable,

Correr hacia donde no se atreven los valientes…

Enderezar el mal irreparable.

Como pueden ver, todo muy quijotesco, como debe ser.

Gabriel Sánchez

Richard Kiley canta «The Impossible Dream» en una interpretación de El hombre de la Mancha, en 1966:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *