Dua Lipa – Houdini

Tres minutos de canción le han bastado a Dua Lipa para conseguir en menos de una semana más de 25 MILLONES de reproducciones del videoclip de “Houdini”, el single adelanto de lo que será su tercer álbum de estudio. Un aterciopelado revival de synth-pop ochentero que hará las delicias de las pistas de baile más horteras y nostálgicas. 

Dua Lipa, que cuenta con casi 90 MILLONES de seguidores en Instagram a dos años de la treintena, lleva cosechando fama desde que Warner Music Group apostó por ella en 2015. Nació en Londres y es la primogénita de una pareja de refugiados albano-kosovares, los cuales se la llevaron de vuelta a Pristina cuando Kosovo declaró su independencia. Por entonces, su padre, músico y dueño en aquel momento de una empresa de telecomunicaciones, organizó varios conciertos de rap americano allí (¿tendrá algo que ver con que EEUU sí reconoce la independencia de Kosovo?), a los cuales ella pudo asistir. Es probable que ese fuera el primer contacto de la cantante con el show business.

Antes de cumplir la mayoría de edad se mudó de vuelta a Londres, donde terminó la secundaria mientras estudiaba teatro y subía sus primeras canciones a YouTube. Los avispados Ben Mawson y Ed Millett (dueños de Tap Management y managers de Lana del Rey) dieron con ella, le pusieron un sueldo mensual para que se dedicara a componer en vez de servir cócteles y consiguieron que el conglomerado estadounidense la fichara. 

Ocho años después de sus primeros éxitos y con la ayuda del australiano Kevin Parker (el cabecilla multi-instrumentista de Tame Impala), la joven estrella de origen kosovar afincada en Reino Unido firma junto a otras tres personas este alegato disco de independencia emocional en la línea conceptual de “¡Chas! Y aparezco a tu lado” de Alex Y Christina, líricamente hablando.

A nivel visual nos encontramos con la escena clásica de “bailarina solitaria” que se desfoga en la intimidad de una sala de ensayo (d)espejada, a lo Madonna en “Hung Up”. El síndrome Billy Elliot en su máximo esplendor, con el que miles de oyentes que aspiran a un guión de vida similar al de Dua pueden sentirse identificados. Una representación idealizada de ese no-lugar de las escuelas de artes donde el alumnado todavía disfruta de su inocencia, soñando con que algún día les pueda tocar a ellos/as.

Hace no mucho que se acuñó el término “mocatriz” (modelo, cantante y actriz) para definir, con cierto tono peyorativo y un tufillo machista, a las mujeres que se dedicaban a aprovechar su desenvoltura en los tres oficios para ganar fama. Un término que el grupo Ojete Calor terminó de popularizar en España y que Dua Lipa (que estudiaba teatro, que trabajó como modelo y que actualmente se gana la vida como cantante) parece estar dignificando en plena era del pluriempleo.

Escrito por William Hear