Relatos con música

¿Quién eres, Lili Marleen?

Marlene Dietrich en Londres en una imagen tomada el 25 de septiembre de 1944

El origen no está claro. El desarrollo y el final, sí. Hans Leip, natural de Hamburgo, ciudad alemana en la que había nacido en 1893, decidió estudiar magisterio para huir de las pretensiones de su padre, un viejo lobo de mar, que quería introducirle en el mundo de la navegación. No estaba hecho Hans para el agua. De su cultura nació la vocación de poeta que tuvo que aparcar en 1914 cuando fue llamado a filas para participar, como miembro del ejército del Imperio germánico, en la I Guerra Mundial. Después de varias pruebas, se ganó el empleo de oficial en Berlín antes de marchar al frente, lo que le permitía vivir fuera del cuartel. 

Hans Leip

Por la ventana de su habitación, que compartía con su compañero de armas Klaas Deter, se veía una tienda situada en la acera de enfrente: una verdulería, al cargo de la cual estaba una joven llamada Lili, hija de los dueños del establecimiento. El flechazo surgió a primera vista. Y el disgusto, a la segunda. Desde la misma ventana por la que había contemplado por primera vez a la bella Lili entre patatas, acelgas, coliflores y col agria, vio cómo su compañero Klaas la besaba a la luz de una farola. A pesar de todo, la joven verdulera seguía rondando su cabeza.

Sus aspiraciones literarias le llevaban de museo en museo, admirando el arte que se exponía en Berlín como fuente de inspiración. Y verdaderamente la encontró. No expuesta en una tarima ni entre la marquetería que envolvía un cuadro, sino de carne y hueso. En una de las salas de la Galería Nacional conoció a una bella dama, enfermera militar, de nombre Marleen. También quedó prendado de ella y, al igual que había pasado con la bella Lili, tuvo que renunciar a sus encantos rápidamente por mor de su destino en el campo de batalla, concretamente en los Cárpatos que formaban parte del frente ruso. 

Finalizada la guerra, Hans reanudó sus clases en un colegio hamburgués. Pasaban los años y la vocación poética no disminuía. Tenía una carpeta en la que había archivado su obra desde tiempos mozos. En 1937 un editor decidió publicar una antología poética del maestro Hans Leip. Y entre los papeles que dio a la imprenta había un poema titulado Das Lied eines jungen Soldaten auf der Wacht (‘La canción de un joven soldado de guardia’). Cuando Hans lo vio, quiso destruirlo. No era apropiada su publicación, pues lo consideraba, íntimo, privado, de poca calidad, propio de su etapa juvenil. Era el poema que había escrito en el campo de batalla, dedicado a las dos jóvenes que habían conquistado su corazón en Berlín, Lili y Marleen y a las que nunca tuvo oportunidad de conocer íntimamente. Pero el editor insistió y al final se publicó dentro del libro “El pequeño acordeón portuario”.

Lale Anderson

Lale Anderson fue una cantante y actriz alemana que se especializó en el espectáculo del cabaret. Se hacía acompañar de un joven pianista llamado Rudolf Zink, quien le componía y arreglaba su repertorio. Y puso música a algunos poemas de Leip, entre ellos, el que estaba dedicado a las dos jóvenes que el poeta había amado en sueños, Lili y Marleen. La canción pasó sin pena ni gloria y pronto se olvidó.

Pero siempre hay una segunda oportunidad. Otro compositor germano, Norbert Schultze también se interesó por la poesía de Leip e hizo una nueva versión de su Lili-Marleen. Y ahí comenzó la carrera meteórica de la canción, que fue saltando de trinchera en trinchera.

De la versión de Schultze se habían vendido unos 700 discos, poca cosa para un país como Alemania en los años 30.

Karl Heinz-Reintgen en la emisora de radio Belgrado, 1941 (Fuente: Tesis máster de Branko Miliskovic sobre Lili Marlene)

El teniente Karl Heinz-Reintgen había comprado uno de los discos y se lo llevó a su destino  en 1941: Yugoslavia, concretamente a  la emisora de  radio de Belgrado, tomada por el ejército nazi. El oficial programaba la canción Lili-Marleen un día sí y otro también, dedicándosela a sus compañeros del Afrika Korps que combatían en el norte de África. La canción comenzó a sonar en todos los cuarteles con tanta fuerza que llegó a oídos del Mariscal Rommel. Y le gustó tanto que pidió que se programara todos los días. Las órdenes de Rommel no se discutían y todos los días, a las 21,57 se podía escuchar en la emisora el Lili-Marleen como cierre de la programación. La pieza comenzó a hacerse muy popular no sólo entre el ejército alemán, sino también entre los soldados aliados, pues la potencia de la emisora yugoslava propiciaba que pudiera captarse la señal en distintos puntos de Europa.

El éxito comenzó a versionarse por todas las cantantes y grupos que se preciaran: Willy Fritsch, Mimi Thoma, el Heyn Quartett y el coro de la Wehrmacht.

En inglés fue cantada por la misma Lale Andersen en 1942. En 1943, la BBC emitió una versión paródica en contra de Hitler cantada por Lucy Mannheim. En 1944 fue cantada por Anne Shelton y posteriormente por Vera Lynn, cuya versión se radiaba desde la BBC de Londres en transmisiones para el ejército aliado.

Marlene Dietrich (National Portrait Gallery)

Pero la verdadera Lili-Marleen tiene un solo nombre: Marlene Dietrich. La actriz grabó una versión en 1945 que ha pasado a la historia de la música. Formó parte de la banda sonora de la película Vencedores y Vencidos, de Stanley Kramer, estrenada en 1961 sobre el desarrollo del juicio de Nurenberg, con Spencer Tracy como protagonista. 

Pero como siempre hay quien quiere darle una vuelta más a la tuerca que ya está bien engrasada y en su justo lugar, en 1948 una espontánea saltó al ruedo reivindicando el nombre de Lili Marleen. Se trataba de Margit Freud, sobrina de Sigmun Freud, quien denunciaba en un diario alemán que la protagonista de la canción era su hermana Lily Marlé (que había adoptado este apellido al casarse con un tal Arnold Marlé)  y a la que estaba dedicada la canción, pues había mantenido relaciones sentimentales con el joven Hans Leip, quien lo desmintió categóricamente en el mismo diario donde se había publicado la noticia. La señora Freud aportaba una serie de datos bastante superficiales de imposible comprobación y sin ningún rigor. Lo que sí parecía claro es que Margit Freud, al rebufo del éxito de la canción, quiso sacar rédito, pues se dedicaba a las variedades en los teatros alemanes junto a su marido y creyó ver una buena oportunidad publicitaria si reivindicaba que su familia había formado parte del fenómeno Lili-Marleen. Pero el pájaro no entró en la jaula. 

Gabriel Sánchez

Marlene Dietrich canta Lili Marleen:

Aquí la voz de Lale Andersen cantando Lili Marleen en un peculiar vídeo de 1942:

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