La sinfonía que inspiró a Tchaikovski
ESPAÑA COMO INSPIRACIÓN (Y 3
Édouard Lalo tenía que haber sido militar por tradición familiar. Su negativa a seguir la carrera de las armas le costó más de un disgusto con su padre. Pero quiso resarcirle y se empeñó concienzudamente en ser un músico y compositor de reconocido prestigio, no sólo en su Francia natal, sino en toda Europa. Sólo se trataba de dar con la pieza adecuada. Y lo consiguió, vaya que si lo consiguió.
Estudió música, en primer lugar en su Lille natal y posteriormente en París. Como su ascendencia era española, Lalo sintió siempre un encanto especial por lo que se escuchaba y se bailaba al otro lado de los Pirineos. Además, había trabado amistad con un gran violinista español, el navarro Pablo Sarasate. Había, pues, ingredientes suficientes como para plasmar todo lo español en una partitura de altos vuelos.
Y así comenzó a concebir su Sinfonía Española en el verano de 1874. En un principio pensó en componer un concierto para violín y orquesta. El solista sería, por supuesto, Sarasate, el verdadero protagonista. Pero a lo largo de la composición, Édouard Lalo vio la posibilidad de convertir el concierto para un solista en toda una sinfonía, dando protagonismo al violín, pero incluyendo otros instrumentos y, sobre todo, dotando a la partitura de una gran orquestación.
El estreno tuvo lugar el 7 de febrero de 1875. Pablo Sarasate al violín y la orquesta Pasdeloup arropándole en los Conciertos Populares de París. El estreno de la Sinfonía Española consagró a Lalo como un compositor de referencia en la Europa de la década de los 70. El tributo a su padre, pues, ya estaba pagado. La familia había perdido a un militar, pero había ganado un compositor de fama y prestigio, gracias a los aires españoles.
Tres años después, estamos en 1878, Piotr Tchaikovski se encontraba en la ciudad de Montreux, en el cantón suizo de Vaud. Estaba en casa de un amigo recuperándose de uno de los momentos más traumáticos en la vida del compositor ruso: su ruptura con su esposa (si es que aquello podría haberse llamado matrimonio) y el intento de suicidio que esta circunstancia trajo consigo.
A Montreux acudió a visitarle su alumno Iosif Kotek. Procedía de Berlín y en su equipaje llevaba algunas partituras nuevas que circulaban por los escenarios y las salas de concierto de Europa, sobre todo en Viena y Berlín. Entre ellas, la Sinfonía española, de Édouard Lalo. Cuando Tchaikovski leyó la partitura del francés interrumpió inmediatamente la obra que estaba componiendo, una sonata para piano, y comenzó a preparar la composición de una de las obras más célebres de su catálogo: el concierto para violín y orquesta.
Escuchando las dos obras queda clara la influencia que la obra de Lalo tuvo en la composición del famoso concierto de Tchaikovski. Corría el 17 de marzo de 1875.
¿Qué encontró Tchaikovski en la Sinfonía de Lalo? «Frescura, ritmos picantes, y melodías bellamente armonizadas de un compositor que evita cuidadosamente toda rutina común, busca nuevas formas sin querer parecer profundo y, a diferencia de los alemanes, se preocupa más por la belleza musical que por el mero respeto a las viejas tradiciones», en las propias palabras del compositor ruso . Mejor definición de una obra que le inspiró uno de los conciertos más bellos de la historia de la música, imposible. Pero claro, estamos hablando nada más y nada menos que de Piotr Tchaikovski.
Gabriel Sánchez
En el primer vídeo, la Orquesta ISA (Instituto Superior del Arte) interpreta la Sinfonía Española de Édouard Lalo, dirigida por Jorge Lhez y con Erzhan Kulibaev al violín. El segundo vídeo corresponde al Concierto para violín y orquesta de Tchaikovski, con la Orquesta Filarmónica de Radio Francia y la violinista Sayaka Shoji: