El Albatros
Por distraerse, a veces, suelen los marineros
Dar caza a los albatros, grandes aves del mar,
Que siguen, indolentes compañeros de viaje,
Al navío que surca los amargos abismos.
En cuanto los arrojan encima de las tablas,
Estos reyes celestes, torpes y avergonzados,
Dejan que, lastimeras, sus grandes alas blancas
Se arrastren como remos caídos, a su lado.
Este alado viajero, ¡qué torpe y débil es!
Él, otrora tan bello, ¡qué feo y que grotesco!
¡Uno, va y le fastidia el pico con la pipa,
Y al que volaba, enfermo, cojeando otro imita!
El Poeta es igual que el señor de las nubes,
Que habita la tormenta y ríe del arquero;
Exiliado en la tierra, en medio de las burlas,
Sus alas de gigante le impiden caminar.
Charles Baudelaire
(traducción de Javier del Prado y J. A. Millán Alba)