Con gripe
De pequeña, ponerse mala traía una serie de lujos: dibujos animados en el sofá todo el día, una fuente ilimitada de leche calentita con miel que me preparaba mi madre con mucho amor, sopitas, calditos, mimitos. En fin, la crème de la crème.
Ahora, los días de fiebre y tos no se disfrutan igual. Soy madre e hija, enfermera y enferma. No doy a basto. Ah, y la leche con miel calentada por una misma no sabe igual de buena.
PAULA
Así es, aunque la cosa puede empeorar cuando en un momento de la vida te encuentras diciendo:
“ Glup, no puedo ponerme mala…”
Estupendo…q te mejores Paula.