El melocotonazo de la semana #5
Shakira, Fuerza Regida – El Jefe
Shakira se ha vuelto a arrimar al talento joven para alargar la estela del éxito cosechado con el melocotonazo embadurnado en salsa rosa que sacó con Bizarrap, y que la devolvió a lo más alto de las listas y los tabloides. Después de conseguir casi 100 MILLONES de reproducciones en su canal junto a Manuel Turizo hace tres meses, tocaba “probar suerte” con Fuerza Regida, un grupo joven de música regional mexicana afincado en EEUU que ya cuenta con varios premios de la industria, defendiendo un estilo cada vez más aceptado en el mainstream latino. La canción se titula ‘El Jefe’ e intenta servir de himno de la working class a base de tópicos coreables que el público puede hacer propios fácilmente, una especie de ‘Vals del Obrero’ de Ska-P en el que las palabras “trasfondo” y “decorado” se vuelven intercambiables.
Una de las particularidades del single, que ya acumula más de 55 MILLONES de reproducciones en el canal de la colombiana, es el género en el que se enmarca. Valiéndose de dos guitarras (una de ellas de doce cuerdas), una tuba y un tololoche, Fuerza Regida ha conseguido viralizar su música en Internet en los últimos 3 años respetando sonoramente las reglas del género mexicano y rompiendo moldes con sus letras y su estética. Son parte de una nueva generación que está rescatando un estilo anclado en una tradición demasiado estereotipada y convirtiéndolo en una propuesta válida más en el mercado pop gracias a mensajes que atraviesan las barreras que imponen las etiquetas, tal como demuestra una “vieja” canción publicada hace más de dos décadas por Koma.
Podríamos hablar de las diferentes herramientas retóricas y musicales que se utilizan en cada canción, pero la diferencia más importante es que la de los pamplonicas carece de videoclip, la herramienta más poderosa de la música del siglo XXI. En el acompañamiento visual de ‘El Jefe’ vemos a los miembros de la banda disfrazados de repartidores o encaramados a una caravana de migrantes, junto a una Shakira enfundada en un nostálgico atuendo vaquero que recuerda a su época dorada. En una especie de “croma conceptual”, la marca-silueta de la cantante se inserta (a modo de watermark) en este relato –pretendidamente– contestatario. De hecho, la artista no vacila a la hora de lanzar un pequeño guiño a la prensa del corazón –con una cuñita personal referenciando a su ex-suegro– en pos de engordar el hype del lanzamiento.
La vida de Shakira vende porque es muy diferente a la de los millones de personas que se pueden haber sentido (legítimamente) identificadas con su nuevo single. Resulta irónico que la canción que usas para desahogarte cuando tu jefe te hace la vida imposible la cante alguien que administra varias empresas millonarias. Esperemos que ella, al menos, sí sea buena jefa.
Escrito por William Hear