Relatos con música

Menudo capricho

Cádiz (F: Jordi Vich Navarro)

ESPAÑA COMO INSPIRACIÓN (1)

El mar por tradición familiar, la música por verdadera vocación. ¿Cómo compatibilizar estas dos inclinaciones sin que una supusiera el detrimento de la otra? Rimsky-Korsakov supo sacarle partido a las dos aficiones. Se convirtió en oficial de la marina rusa, a la que dedicó parte de su vida. Desde la oficialidad de su rango dirigió bandas militares, compuso partituras para ser interpretadas en actos castrenses, pero sobre todo viajó, viajó mucho y conoció países, folklores, tradiciones que le inspiraron las obras más representativas de su producción. Entre 1862 y 1865 Nikolai estuvo embarcado en un buque que transitaba por el Mediterráneo. En una de las escalas, recaló en el puerto de Cádiz y tuvo la oportunidad de pasar varios días en territorio español antes de continuar la singladura. Y allí se empapó de la tradición musical española, de los bailes flamencos, de las danzas más atrevidas, de los estilos, de las particularidades de la música que escuchaba en la calle o en los tablaos.

Nikolai Rimsky-Korsakov retratado por el pintor Valentin Serov en 1898

Es cierto que la afición por lo español no la descubrió en aquel fugaz encuentro con la tierra española. Mijaíl Glinka, otro músico ruso, de quien Rimsky-Korsakov era discípulo, había viajado mucho por España y estaba enamorado de la música que se escuchaba en nuestro país. La afición por el folklore hispano se la transmitió a su discípulo. El marino músico no tuvo más que corroborar con su propio oído lo que el maestro le había transferido. Y comenzó a tomar notas y notas y notas.

En 1869, cuando ya había abandonado la vocación marinera, Korsakov sacó de su cartera cuanto había escrito a lo largo de su prolongado viaje. Y allí estaban las notas que había tomado durante la escala en Cádiz. Y comenzó a componer lo que en un principio iba a ser una fantasía para violín y orquesta, basado sobre temas españoles. Pero comenzó a agregar instrumentos a la partitura; instrumentos potentes, que también iban a tener su minuto solista, dando a la obra un extraordinario protagonismo de oboes, flautas, clarinetes, instrumentos de percusión…. A final el violín era un elemento más. El título original era Capricho sobre temas españoles. Pero decidió acortarlo y nombrarlo simplemente Capricho español. Obra de gran sonoridad y belleza, pronto recorrió las salas del mundo entero. Lo español era muy valorado en el París de 1870. Y si París marcaba la moda, no había más que decir.

La obra comenzó a ensayarse en el teatro principal de San Petersburgo. Y el éxito se manifestó desde el primer momento. Finalizado el primer ensayo, los músicos comenzaron a aplaudir, valorando el significado de la obra, la originalidad, la potencia y la fuerza de la orquesta y el protagonismo de los instrumentos. Tanta fue la gratitud por este gesto  que el propio Korsakov sacó su pluma y escribió en la partitura original los nombres de todos los músicos que componían la orquesta, a quienes dedicó la obra.

Fue estrenada en 1870 bajo la dirección del propio compositor quien definía así su obra: «Los temas españoles, en aire de danza, me proporcionaron un precioso material para la realización de  multiformes efectos orquestales».

Capricho español es su opus 34  y consta de las siguientes partes:

1. Alborada. Esta «canción de la mañana» comienza con un empuje orquestal completo que abre los ojos, del cual emergen los solos de clarinete y violín, este último terminando la sección en silencio.

2. Variaciones. Una simple melodía folclórica española está dada por los cuernos. Cinco variaciones -en realidad sólo elaboraciones sobre el tema- explotan varias voces solistas, la última terminando con lánguidas cromáticas de flauta.

3. Alborada. Un retorno de la primera sección; aquí, el violín y el clarinete invierten sus pasajes solistas de primer movimiento.

4. Escena y Canción Gitana. Un tambor lateral inicia una fanfarria para trompetas y cuernos solos; la trompeta solista resalta el tema. A continuación, el violín solo lo toma; luego la flauta y el clarinete, con la percusión y las cuerdas acumulándose. Finalmente una idea feroz en las cuerdas se interpone; esta es la canción gitana, que luego se alterna con el motivo de la fanfarria de apertura en el esplendor orquestal. Esto se fusiona en

5. Fandango de Asturias. Los trombones presentan la primera parte del tema, los vientos la segunda. Después de variar el tratamiento tímbrico, la Alborada vuelve a llevar al Capricho a un final ardiente.

Todo el folklore español resumido por un ruso en tan poco tiempo. Escuchen, escuchen….

Gabriel Sánchez


La Orquesta Filarmónica de Berlín interpreta Capricho Español bajo la batuta del director indio Zubin Mehta:

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