Ahorros y otros mitos
Cuando mis amigas (las que no han estudiado artes, cine o literatura) se ponen a hablar de “cosas de mayores” como cuentas de ahorros y fondos de inversión siento que algo en mí se apaga.
La niña que llevo dentro se retuerce y se muerde las uñas mientras escucha con atención (y cierto pánico) palabras que no entiende, conceptos inalcanzables. Mi yo de 27 años quiere quedarse con la niña, desayunar cereales, dibujar mundos imaginarios, pasar el día a día en pijama. Pero mi yo de 27 años también quiere ser rico y para eso hace falta dinero.
Apago la voz de Peter Pan y me pongo las gafas del Tío Gilito para lanzarme a organizar mis ahorros.
Resulta que no tengo.
Vuelvo a los cereales y al pijama.
PAULA
Siempre estupenda
Hay q pedir aumento de sueldo…q vienen las navidades.