Mundo del arte

Desaparece bajo el agua la casa museo de la ucraniana Polina Raiko

La ucraniana Polina Raiko fue una artista tardía que empezó a pintar a los 69 años y cuya obra consiste exclusivamente en las paredes y los techos de su casa de Oleshky, en el lado este del río Dniéper, en la región de Jerson, al sur del país, paredes y techos que utilizó como único lienzo. La casa museo, muy visitada por artistas y curiosos, desapareció el pasado 6 de junio bajo las aguas a consecuencia de la explosión y destrucción de la presa de Kajovka.

Detalle de techo y paredes de la casa

La inundación fue provocada por la rotura de la presa, acción de la que se acusa a Rusia, y dejó Jerson bajo las aguas con sus miles de casas, causando un desastre medioambiental sin precedentes, el éxodo de sus habitantes y destruyendo importantes lugares con restos arqueológicos, iglesias, monumentos y museos; y entre ellos, esta pequeña joya que era la casa de Raiko. La obra de Raiko se inscribe en el movimiento artístico del “naif ucraniano”. En una entrevista concedida a la Hromadske Radio, el actual director de la Fundación Polina Raiko, el artista conceptual Simon Jramtsov, confirmó la desaparición de la casa debido a la inundación así como la pérdida de los dibujos hechos sobre arcilla, aunque no los pintados sobre hormigón o superficies duras, ya que la artista utilizaba esmalte, una pintura resistente: “Esperaremos a que baje el agua y a que desocupen la ciudad –explicó Jramtsov–. Entonces iremos a salvar lo que podamos. Creo que los frescos de la casa permanecerán. Lo que quede lo recompondremos pieza a pieza y lo amaremos como antes».

Polina Raiko, en un fotograma del documental realizado por Petrushenko Laysa Mykhailivna

Polina nació en 1928 en Oleshky y allí vivió toda su vida. Se casó a los 22 años con Mykola Rayko. En 1954 la pareja ya tenía dos hijos, Olena y Serhii, y es entonces cuando construye su casa, en un solar cerca del río Dniéper. Se gana la vida trabajando en una granja colectiva y en el huerto de la casa –la mayoría de las casas ucranianas de poblaciones pequeñas tienen su propio huerto–. Pero tres dramas familiares vendrán a trastocar para siempre la vida apacible de Polina. En 1994 muere su hija en un accidente de tráfico; un año más tarde fallece su marido Mykola; y, durante uno años ha de soportar el maltrato de su hijo drogadicto que terminaría siendo enviado a una colonia penal en 1997 (murió de cirrosis en 2002).

La casa de Polina Raiko, en una imagen sin datar

Polina se queda sola, abatida. En 1998, compra pinturas y pinceles, su escasa pensión no da para más. Pintar en las paredes será su refugio contra el dolor en un proceso imparable. “Solo soy feliz cuando pinto”, contará más tarde. En seis años pintó toda su casa -puertas y paredes, techos, verjas y vallas y la cocina de verano- representando su historia familiar, a sus hermanas, su boda, animales mitológicos, flores y criaturas fantásticas. Raiko creó su propio mundo de una manera original y naif que los investigadores comparan con el estilo de Maria Prymachenko, cuya casa-museo también fue destruida por un bombardeo ruso en los primeros meses de la invasión, y el de Kateryna Bilokur.

Termina de pintar su obra en 2003. Su trabajo llega a oídos de los artistas de Jerson. Empiezan las visitas a la casa. Artistas, pero también curiosos a los que ha llegado la información. Quedan fascinados por la representación de un mundo de colores y pájaros. «A Polina Raiko le gustaba especialmente pintar pájaros, de diferentes especies, formas y colores. En las paredes se pueden observar ánades reales, ocas y golondrinas; también hay gallos, búhos y pájaros carpinteros», explica Kateryna Kachur, del Museo Ivan Honchar de Kiev.

Raiko pintó a sus hermanas con alas en una de las paredes de la casa

Tras la muerte de Polina, un año después de concluir sus pinturas, en 2004, la casa fue vendida por su nieto a un canadiense, Andrius Nemickas, admirador de su obra, que vivía en Ucrania. Pagó por ella 5.000 dólares. En 2008, el artista Viacheslav Mashnytskyi (desaparecido en Jerson el pasado octubre) creó la Fundación Polina Raiko con el fin de conservar su obra. La singular vivienda aparece en los diarios y empieza a ser reconocida. Se han rodado documentales y publicado un catálogo, The road to Paradise, sobre ella, un patrimonio considerado monumento cultural nacional de Ucrania. Los interiores de su casa se recrearon en el Centro de Arte Pinchuk de Kiev como parte de una exposición de mujeres artistas en 2018-2019, Un espacio propio, utilizando fondos de pantalla fotográficos con reproducciones de alta resolución de sus pinturas a tamaño natural.

Búhos de Raiko

En 2020 el canadiense Nemickas acepta donar la casa a la ciudad para convertirla en una plataforma para la comunidad artística. Pero llegó la invasión rusa, la voladura de la presa de Kajovka, la inundación de la ciudad, de la casa, de la obra…

Los ucranianos de Jerson utilizan una de las pinturas de Polina como símbolo de resistencia desde los comienzos de la invasión: una paloma.

Ana Amador

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