Relatos con música

Un Mackie medieval

Ilustración de Pedro Navaja (detalle)

Pocas veces un personaje ha paseado tantos años –siglos para ser exactos— por los escenarios de todo el mundo sin que haya envejecido lo más mínimo y sea reconocido rápidamente. Se le puede disfrazar, caracterizar, ponerle un poco de aquí, quitarle algo de allá…. Pero el personaje sale airoso de cualquier metamorfosis y concita el interés y el agrado del público. Aunque sea un malvado delincuente que pulula por las calles en busca de víctimas a las que agredir. Mackie Navaja tiene todos estos ingredientes y lleva dando guerra desde la Edad Media. 

Bertolt Brecht y Kurt Weill

La canción, una de las más versionadas de la historia de la música del siglo XX, pertenece a la obra musical La ópera de tres centavos, una creación de Bertolt Brecht , quien puso la letra, y Kurt Weill, responsable de la música. La obra fue estrenada en Berlín en 1928. El argumento y los personajes que forman parte del libreto tienen antecedentes medievales. El musical está basado en La ópera del mendigo, una obra escrita en 1728 por John Gay. El protagonista era un tal MacHeart, bribón donde los hubiere y salteador de caminos muy temido por los habitantes de los condados donde actuaba. El personaje estaba basado en la leyenda de otro delincuente, el malvado Jack Sheppard, quien terminó sus días en el patíbulo.

Brecht pulió algunas de las andanzas del malvado MacHeart, suprimió el matiz caballeresco del personaje y le hizo más cruel y despiadado para que los espectadores del musical pudieran identificarlo con las mañas delincuentes de los años 20 del pasado siglo. Y para darle más verosimilitud al protagonista  de la ópera, escribió lo que se conoce como moritat, un tipo de canción medieval –no olvidemos los orígenes del perverso protagonista—que relata un crimen con todo lujo de detalles. Algo así, para entendernos, como lo que hacían los juglares españoles que iban de pueblo en pueblo narrando hazañas o desgracias ajenas para regocijo de la concurrencia.

El moritat que narraba las andanzas de Mackie fue escrito en un día. Por la noche, Brecht compuso la letra y a la mañana siguiente, Weill escribió la partitura. Constaba de una sola melodía con 16 compases que se repetían constantemente. El músico confesó que se había inspirado en el sonido del tráfico de Berlín.

El musical fue todo un éxito durante la república de Weimar y el moritat de Mackie se cantaba por todos los rincones de Berlín y era pieza obligada para las orquestas que entretenían a los clientes de los cabarets. Pero con la llegada del nazismo, le obra cayó en el olvido. 

Kurt Weill tuvo que exiliarse en Estados Unidos con la llegada de Hitler al poder. En Nueva York coincidió con un compatriota suyo, Marc Blitzstein, admirador de la obra de Weill y amigo de Brecht. Habían coincidido en la universidad de Schöneberg, en Berlín. En 1950 adaptó al inglés La ópera de tres centavos, que se estrenó en Broadway cuatro años más tarde. Entre el público que acudió al estreno se encontraba el productor George Avakian, directivo del sello discográfico Columbia Records, quien observó que el moritat, que el arreglista Blitzstein ya había bautizado como Mack the knife, era una magnífica balada de jazz que estaba pidiendo a gritos independizarse de la ópera y brillar con luz propia. Eufórico, se la ofreció a varios artistas de la época, pero nadie quiso hacerse cargo de ella. Fue el trompetista de jazz Turck Murphy quien se la sugirió a Louis Armstrong, quien se mostró entusiasmado con la partitura porque, dijo, “la letra me recuerda a algunos tipos que conocí en Nueva Orleans.”

Rubén Blades

Numerosas versiones se han hecho del moritat que narra las andanzas del perverso delincuente que lleva asaltando caminos desde la Edad Media. Pero las más famosas fueron las de Bobby Darin, Bing Crosby, Ella Fitzgerald o Frank Sinatra, quien la utilizaba para finalizar sus conciertos.

En 1978, el famoso Mackie cruzó fronteras, se colocó un panamá sobre la cabeza para no ser reconocido, se cambió el nombre por el de Pedro y batió todos los records de venta de música salsa. El cantante panameño Rubén Blades hizo una versión muy particular que incluyó en el disco Siembra. Como siempre ocurre, los directivos del sello discográfico Fania Records se negaron a grabar la versión adaptada por Blades y el trompetista puertorriqueño Luis Perico Ortiz porque la consideraban demasiado larga. El cantante panameño tuvo que insistir para que la discográfica atendiera sus sugerencias. Al final, la insistencia tuvo recompensa: Siembra ha sido el disco más vendido en toda la historia de la música salsa. Una cosa es el comercial que está en el despacho y mira por sus particulares intereses, y otra muy distinta el artista que está en el escenario y mira al público que acude a sus conciertos. Casi siempre, el que está arriba sabe muy bien lo que ve. 

Gabriel Sánchez

Bobby Darin canta Mack The Knife en el Show de Ed Sullivan en 1959:

Rubén Blades canta Pedro Navaja en el concierto celebrado en 2014 con la Jazz at Lincoln Center Orchestra:

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