Duelo de banjos
De nuevo el cine como motor y propagador de la música que, si no fuera porque se escucha y se ve a través de la gran pantalla (bueno, y también en las pequeñas pantallas de casa, dada la costumbre que se está asentando), quedaría olvidada o no tendría el suficiente reconocimiento social y artístico que merece.
Duelo de banjos es una composición de Arthur Smith, un músico que en 1955 decidió dar protagonismo a este instrumento, oriundo de los esclavos africanos que empezaron a utilizarlo en el siglo XIX y que pronto formó parte de la cultura country norteamericana. La versión cinematográfica de esta partitura logró que la composición en la versión que de ella hicieron los músicos Eric Weisberg y Steve Mandell alcanzara el número 2 en el top 10 de los Estados Unidos durante cuatro semanas en 1973. Es una historia curiosa.
Smith, conocido como “Guitar Boogie”, era un empleado textil de Carolina del Sur que se dedicó a la composición de música country, destacando en obras para guitarra y banjo. En 1955 compuso su famoso Duelo de banjos, una pieza para un banjo de cuatro cuerdas, al que acompañaba y hacía de contrapunto un banjo de cinco cuerdas. La melodía estaba basada en el famoso Yankee Doodle, un himno de la época de la independencia de los Estados Unidos. El autor decidió utilizar lo que se conoce en la jerga country como riffs, es decir, frases musicales que se repiten con mucha frecuencia por el instrumento acompañante. Se utiliza para tonadas o punteos en los instrumentos de cuerda, con el fin de que sobresalgan las habilidades del músico que las interpreta. La primera versión fue grabada por el propio compositor, a quien acompañaba el músico Don Reno, al bajo de cinco cuerdas, es decir, el que hace los riffs.
En el año 1972, John Boorman rodó la película Deliverance, que en España se exhibió con el título de Defensa. Cuenta la historia de un grupo de amigos de Atlanta que deciden ir a pescar en canoa por las turbulentas aguas de un río que discurre por el valle de Cahulawassee (nombre ficticio), antes de que río y valle sean engullidos por una presa que se está construyendo en la zona. Lo que parece una excursión tranquila y pacífica se convierte en un infierno por la actitud de los vecinos del valle. Hasta aquí se puede contar por respeto a los que no han visto la película, algo que se recomienda desde esta columna.
Boorman quería dar la sensación de un ambiente sórdido, protagonizado por los habitantes de la región. Y entre ellos, un joven autista, cuyo único método de comunicación con sus semejantes era a través de los acordes que sacaba de su banjo. Y eligió Duelo de banjos para filmar una de las escenas que han pasado a la historia del cine. Pidió a los músicos Weisberg y Mandell que realizaran una versión para banjo y guitarra. Una vez hechos los arreglos de la partitura original, buscó los actores: el joven autista lo interpretaría Billy Redden, después de superar un casting en el que se buscaba a un joven con los ojos de asiático, el cutis áspero, baja estatura y complexión débil. Él sería el encargado de expresarse con el bajo de cuatro cuerdas. La guitarra correría a cargo del actor Ronny Cox, que también era músico. Pero había un problema que había que resolver: Billy Redden no tenía ni idea de tocar el banjo. Daba el perfil, eso sí, pero no había cogido un instrumento en su vida. Entonces hubo que recurrir a un músico local, Mike Addis para que tocara el banjo. Para el rodaje de la escena del duelo, Addis se puso detrás de Redden, sacó las manos por las mangas del joven actor y tocó la melodía. Los planos generales corresponden al verdadero actor, los primeros planos de las manos sorteando las cuerdas del instrumento son las del músico local.
Y ésta fue la versión más aplaudida, la que escaló puestos en el Top 10 de la música norteamericana de la década de los 70 y la que ha pasado a la historia.
Arthur Smith no fue incluido en los títulos de crédito ni Boorman le reconoció como autor de una de las piezas de la banda sonora de la película, lo que llevó al compositor a interponer una demanda y a ganar en los tribunales lo que se le había denegado en el celuloide. Era de justicia.
Al lector que haya llegado hasta aquí, se le invita a que disfrute de la escena, no sólo por la música, sino por la actitud de todos los que componen el cuadro de actores: desde los lugareños bailando, mirando por la ventana (sus gestos, sus actitudes, su indiferencia) hasta los cuatro engreídos altos ejecutivos (su desprecio por lo que están viendo, su prisa por acabar la relación con aquellos desconocidos cuanto antes), pasando por el paisaje, el atrezzo, la vestimenta… En fin, como se ha dicho antes, una de las escenas que ya han pasado a la historia del cine de todos los tiempos.
Gabriel Sánchez
Escena de Deliverance donde se interpreta Dueling Banjos:
Impresionante la escena, la película, el paisaje y la atmósfera agobiante que le da Boorman a un escenario natural que lo transforma de un escenario de naturaleza en un entorno agobiante y hostil.
Y en mi memoria está claro el estreno del film con el título original de «Deliverange» en mi pequeña capital de provincias.