Semanario Cultural

Y las mujeres se adueñaron de la escritura

UNA LECTURA PARTICULAR DE SUPLEMENTOS LITERARIOS.

El suplemento Abril ponía el acento en sus páginas literarias sobre un tema recurrente desde hace ya algún tiempo, la proliferación de literatura escrita por mujeres, y se pregunta: “¿tiene sentido hablar de una mirada femenina en tiempos de nuevas identidades y deconstrucción?” Es un asunto que trae a la actualidad el auge del consumo de libros escritos por mujeres. Se citan datos de la consultora GFK que confirman la inclinación de las mujeres a leer más que los hombres, pero apuntan a un cambio de tendencia en las ventas: seis de los diez libros más leídos en nuestro país entre enero y mayo de 2022 son de escritoras. Aunque se siguen publicando más libros de hombres, las mujeres están conquistando al público. Y “¿qué público los está consumiendo?”, se interrogan. Mayoritariamente mujeres, es la respuesta. “Unos hábitos que subrayan el fracaso del hombre como interlocutor, que no se siente tan abordado por lo que escriben ellas”.

De esa situación, hombres que no leen a mujeres, Didac Peyret, autor del reportaje, recoge algunas opiniones comprometedoras: Lucía Carballal, dramaturga: “Un hombre que no se siente interpelado por lo que escriben mujeres delata su propia limitación”. Luna Miguel, editora: “el fracaso del hombre interlocutor es el fracaso del hombre en general. La vagancia a la hora de escuchar una voz que no es la suya. La idiocia y la socarronería. El paternalismo y la condescendencia”. Annie Ernaux, premio Nobel de literatura: “No soy una mujer que escribe, soy una persona que escribe. Pero una persona con una historia de mujer, diferente de la de un hombre”.

No todas las opiniones caminan por el mismo sentido o son tan taxativas. Mientras se recuerda en el reportaje la visión de Virginia Woolf, que decía que el mejor cerebro tenía que ser andrógino, porque le parecía que encasillar a los escritores en términos masculinos o femeninos era reducirlos, para Marta D. Riezu, autora de Agua y jabón, uno de los fenómenos de la temporada editorial, solo hay una división relevante y no tiene que ver con el género. “Lo único importante creo que es la capacidad de cada autor de construir un universo propio y, opcionalmente, conectar con el lector. La única división relevante es la de libros buenos o libros malos; libros que se nos meten dentro o libros que se abandonan porque sí”, y se niega a hablar de una mirada femenina: “Lo que hay es una sensibilidad y una agilidad que se tiene o no se tiene. Los temas son de todos, y cada autor escribe de lo que le dé la gana; si uno escribe de lo que sabe y ha vivido raramente hará el ridículo. La vergüenza ajena suele sobrevenir cuando se cae en el cliché, en la metáfora de segunda mano, lo gastado, esa literatura barata que quiere impresionar y emocionar por narices”. 

Por su parte, El Cultural dedica algunas páginas a lo que denomina lo mejor de la cosecha literaria de 2022 y para ello habla con los autores de diez de las mejores óperas primas de ficción española: Cristina Araújo, Virginia Feito, Meryem El Mehdati, Oscar García Sierra, Violeta Gil, Manuel Guedán, Fernando Navarro, Xita Rubert, Marta San Miguel y Sara Torres. Efectivamente, han contado bien, siete son mujeres y solo tres, hombres. Y si leen el reportaje, entre sus influencias observarán que se repite la situación: Cristina Araújo cita en primer lugar a Sara Mesa; Virginia Feito a Patricia Highmith; Meryem El Mehdati a Yaiza Berrocal; Violeta Gil a María Salgado; Marta San Miguel a Valeria Luiselli; solo Xita Rubert, con Henry James y Melville como modelos, rompe la tendencia. A ella, a Rubert, la cita Oscar García, mientras que Manuel Guedán y Fernando Navarro tienen a Rafael Azcona en lo más alto de sus preferencias. 

Y ¿de qué se escribe hoy?

La Lectura publica un reportaje de Enrique Rey Vázquez, con el que, en sus propias palabras, ha tratado de auscultar las inquietudes, afanes y creaciones de los “jóvenes narradores”, aquellos que quedaron marcados por la llegada de internet y la crisis económica de 2008, y que estarían alcanzando ahora su madurez narrativa. Dice el autor del reportaje que “no será esta generación la que vuelva la vista hacia el pasado –movilizaciones y política– tan reciente como fosilizado”. La mirada, entonces, se repliega hacia uno mismo (cuando la catarsis colectiva ha resultado imposible o contraproducente, queda explorar la intimidad) o hacia el entorno inmediato (la familia, el pueblo o el barrio), y se camina por los territorios de la autoficción, un término que algunos consideran gastado y otros hasta como un insulto (véase Vila-Matas).

Al hilo de este término, el de la autoficción, escribía Milena Busquets en su diario Las palabras justas, no estar segura “de que se pueda pasar con éxito de la autoficción a la ficción. Se puede hacer el camino contrario, claro, de la ficción a la autoficción, hay montones de novelistas que en un momento dado han decidido escribir sus memorias o basar un libro en un recuerdo o experiencia personal, pero la literatura del yo no permite dar marcha atrás, cuando uno se adentra en ese terreno, quizá esté abandonando definitivamente la posibilidad de escribir novelas”.  Ahí dejamos el apunte para su reflexión.

Pero no solo autoficción escriben hoy las mujeres, hay otros retos en la escritura de la generación que cita La Lectura como los acometidos por novelistas como Cristina Morales o Sabina Urraca, que exploran sobre el lenguaje y sus límites con el poder, y donde se puede encontrar la mejor literatura que se escribe hoy según el autor del reportaje.

Y escriben también desde Latinoamérica

Con la apertura de una nueva edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México), que se celebra estos días, Babelia abre sus páginas con un reportaje titulado “El gran debate de América Latina”, a cuento de dicha feria, considerada como el gran foro de la cultura en español, “que en Latinoamérica vive un momento de esplendor gracias a la renovación generacional y el impulso del feminismo”, se nos aclara. El rescate de autoras en todas las artes que parecían invisibles ha sido espectacular, se apunta en el texto, y en el caso de la literatura ese rescate “ha llegado a propiciar congresos académicos y textos periodísticos con títulos como El nuevo boom latinoamericano está escrito por mujeres. Un ejemplo está en los premios. La argentina Samanta Schweblin acaba de ganar el prestigioso National Book Award, en la categoría de literatura traducida, con Siete casas vacías. Los pocos latinoamericanos en ese club eran hasta ahora Octavio Paz, César Vallejo y Julio Cortázar. Lo mismo ha sucedido con las nominaciones al Man Booker International, que se concede en el Reino Unido, para las mexicanas Valeria Luiselli y Fernanda Melchor o la propia Schweblin. Más premiadas: Mariana Enriquez, Fernanda Trías, Nona Fernández, Pilar Quintana, Camila Fabbri. El reportaje, que aborda otras expresiones artísticas donde se produce un fenómeno similar, lo firma David Marcial Pérez

… y últimas recomendaciones

En Babelia, Marta Sanz reseña La brecha, de Mercedes Valdivieso, publicada en 1961 que reedita ahora Firmamento. Novela que Sanz considera un hito “el proceso de resignificación de lo masculino y lo femenino en su intento de huir de simplificaciones”; y Laura Fernández se ocupa de otra reedición: Bastarda, de Dorothy Alison, que se glosa como “un brillante y crudísimo descenso a los infiernos del abuso infantil”.

Y terminamos. En ABC Cultural encontrarán reseñas de las últimas novedades llegadas a las librería: Altar, de Catherine Lacey; ¿Ha muerto mamá?, de Vigdis Hjorth; La ventana inolvidable, de Menchu Gutiérrez; Un bien relativo, de Teresa Cardona; y Los reyes de la casa, de Delphine Vigan. Reseñas que citamos en riguroso orden de aparición en las páginas del suplemento. ¿Notaron la prevalencia? 

Eso sí, las portadas, como apreciarán en las fotos, están dedicadas a dos escritores, que son entrevistados, Juan José Millás y Héctor Abad Fanciolince; a un caserón, el de los Baroja, al boom de los podcast y, solo La Lectura, lleva a portada una foto de la artista italo-francesa Charlotte Lartilleux en la que se quiere simbolizar “a todas las mujeres ofendidas, quebradas, trágicamente perdidas en un mundo que las rechaza”, según reza el texto que la explica. ¿Un recordatorio para aquellos que no se sienten interpelados y no han caído en que “el fracaso del hombre interlocutor es el fracaso del hombre en general?” Podría ser.

                                                                                               E. Huilson

P.D. Para los interesados en profundizar en el conocimiento de Rusia y su futuro a raíz de los reveses sufridos en la invasión de Ucrania, La Lectura ofrece un amplio reportaje y varios títulos de libros que pueden ser muy ilustrativos, entre ellos el escrito por Orlando Figes, La historia de Rusia.

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