Música para la revolución
DESDE LILLE, CON PROYECCIÓN INTERNACIONAL.
Aquel joven obrero tenía vocación de poeta. Eugène Pottier era diseñador de telas en un taller de la ciudad francesa de Lille. Había participado en la revolución de 1848 y en la Comuna de ParÍs. Después de un periplo que le llevó a Gran Bretaña y a Estados Unidos, volvió a su Francia natal con el mismo espíritu revolucionario con el que se había tenido que exiliar. En 1871 había publicado un librito de poemas, todos ellos alabando el papel de los obreros, en el que se incluía uno al que había titulado La Internacional. El poema gustó y el alcalde de Lille y dirigente del Partido Obrero Francés, Gustave Delory, le encargó a Pierre Degeyter que le pusiera música. Delory era además de alcalde y dirigente obrero, el director de una agrupación coral que se llamaba La Lira de los Trabajadores. Quería renovar el repertorio con himnos en los que se pusiera de manifiesto el esfuerzo de los trabajadores por perpetuar la revolución obrera, la abolición de las clases sociales, el triunfo del socialismo frente a la burguesía que tanto daño social estaba perpetrando en la Francia de mediados del siglo XIX, rehecha ya de tanto autoritarismo por todas partes.
El joven Degeyter era un obrero que se dedicaba a la talla de madera. En su taller de Fives-Lille, con tan solo un armonio fue capaz de poner música a los versos de Pottier en tan sólo tres días. La obra gustó y fue interpretada por primera vez en la taberna La Liberté, de la rue Vignette de Lille el 23 de julio de 1888. Se celebraba en el local una reunión de vendedores de periódicos y, de forma clandestina, la canción se interpretó al cierre de la asamblea por la coral que dirigía el alcalde Delory.
El himno se popularizó rápidamente y los obreros de toda Francia lo tarareaban, unos de forma más o menos clandestina, otros abiertamente, como si de un reto a las instituciones oficiales se tratara. Se silbaba frente a las fuerzas de orden, ante las sedes de las instituciones, en las reuniones, algunas clandestinas, otras autorizadas. La Internacional comenzó a ser reconocida como el himno de los trabajadores.
En 1889, la II Internacional (convertida después en Internacional Socialista) la adoptó como himno oficial. Los reconocimientos no paraban de llegar y todos en el mismo tono de reconocimiento. En el congreso de Copenhague de 1910, La Internacional se convirtió en el himno de todos los trabajadores. En 1919, Lenin la oficializó en la III Internacional. Posteriormente se convertiría en el himno oficial de la Unión Soviética hasta el año 1944.
En 1928, en el VI Congreso de la Internacional Comunista celebrado en Moscú, el himno fue interpretado bajo la batuta del compositor de la música, Pierre Degeyter, quien, según algunos testigos, dirigió a los cantantes con lágrimas en los ojos, debido a la emoción.
Por cierto: Pierre y su hermano Adolfo mantuvieron durante años un serio contencioso sobre la autoría de la música. No llegó a los tribunales ni se estaban dirimiendo derechos de autor, esa es la verdad. Simplemente la honra de ser el autor de himno tan internacional. Finalmente, los historiadores han determinado que el verdadero autor fue Pierre. Tal vez el hermano le insufló aire al armonio y con este gesto se creyó ya en posesión de la autoría. Vaya usted a saber.
La Internacional se ha versionado en cientos de ocasiones, se ha cantado en todos los idiomas y se ha escuchado en todos los países, tengan la forma de Estado que tengan. Al César lo que es del César. Y a Eugene y a Pierre lo que por derecho les corresponde.
Gabriel Sánchez
La Internacional, cantada en diferentes idiomas por profesores y estudiantes de la Universidad china de Tsinghua (2021):