Clases de ética
En el colegio siempre hubo cierto pique entre los que iban a clase de religión y los que iban a clase de moral o ética.
Los de ética éramos menos y los profesores siempre nos trataron como si fuésemos mayores. Confiaban en nosotros y escuchaban atentamente nuestras opiniones. Debatíamos, discutíamos, hablábamos sobre el mundo actual.
En clase de ética aprendí a pensar, desarrollé mi espíritu crítico y empecé a hacer preguntas que rozaban la filosofía.
También vimos muchas películas. Y es que el cine, al igual que la literatura, abre puertas a otros mundos que nos hacen cuestionar y entender lo que nos rodea.
PAULA
Genial.