El legado de Peter Pan (y Wendy)
Un hospital infantil londinense, el GOSH, es el beneficiario a día de hoy, a perpetuidad, de los derechos de la obra de Peter Pan en el Reino Unido.
Mucho se ha hablado de la obra de Peter Pan, de su autor JM Barrie, de los niños en los que basó sus libros, de la posterior película que encumbró a Peter a categoría de mito, pero tal vez se conozcan menos las consecuencias que una obra tan formidable ha tenido para muchos niños enfermos.
El novelista y dramaturgo JM Barrie (1860-1937), creador del niño que nunca quiso crecer y de los niños perdidos, tuvo una fama relevante en vida. Sus relatos y obras fueron llevados al teatro con gran éxito. Era un hombre muy conocido, que vivió magníficamente bien. Pudo permitirse incluso encargar una escultura del famoso niño volador y que fuera colocada, de noche, a escondidas, en los jardines de Kensington, un parque cercano a su vivienda de Londres, para que por la mañana fuera encontrada, como por casualidad, por los niños que acudían a jugar allí. Una estatua que permanece y puede apreciarse si visitas el parque.
La relación de JM Barrie con los niños ha sido estudiada hasta la saciedad. A los ojos del siglo XXI, incluso se podría decir que su obsesión por los niños aparecería como sospechosa. No obstante, después de muchos estudios sobre el particular, estos concluyen en que era amante de la infancia, pero no un depredador sexual. Parece claro que ciertos traumas infantiles le hicieron querer, y desear, sentirse un niño que no envejeciera y ello le afectó durante toda su vida, y también a su obra.
Cierto es que JM Barrie centró su obsesión en los niños de la familia Llewelyn Davies, a los que tomó de modelos para recrear su obra. Los protegió con una generosidad sin límites, pero también ayudando a los niños más necesitados. Así, en 1929, con la obra de Peter y Wendy en pleno éxito –ya había aparecido en cine mudo una primera adaptación de Peter Pan-, JM Barrie donó de forma inesperada los derechos de autor de su obra al GOSH, el Hospital Infantil Great Ormond. La condición que puso, que nunca se revelara la cantidad recaudada con los derechos.
El hospital comenzó desde ese momento a obtener fondos provenientes de derechos de autor cada vez que se realizaba una producción de la obra, así como por la venta del libro. Con los años, los derechos de autor han vencido en todo el mundo y los ingresos menguando, pero he aquí que los polvos mágicos de Campanilla cayeron de nuevo sobre el hospital. En 1988 y “en reconocimiento a la generosidad sin precedentes de J. M. Barrie, y a la excepcional labor del propio hospital”, la Cámara de los Lores aprobó una cláusula especial en la Ley de Derechos de Autor, Diseños y Patentes del Reino Unido por la que se otorga al hospital el derecho a un canon por Peter Pan a perpetuidad.
El GOSH abrió sus puertas en 1852, ante la enorme mortalidad infantil que se producía en Londres. Contaba entonces con diez camas. Hoy es un gran centro pediátrico, con numerosas especialidades y programas de investigación, que sigue beneficiándose de la increíble historia del niño que no envejecía jamás.
Inspiración
JM Barrie utilizó para sus personajes el carácter de los niños con los que tuvo contacto y hechos que le afectaron profundamente en su infancia. El que fue decisivo fue la muerte prematura de su hermano David, quien, siendo adolescente, falleció en un accidente mientras patinaba sobre hielo, lo que provocó una depresión en su madre y la angustia en el propio JM Barrie, que en ocasiones vestía sus ropas y se hacía pasar por él mientras su madre se consolaba diciendo que su hijo muerto no crecería jamás y siempre sería su niño.
El único que odió a Peter Pan
Los cinco hijos de la familia Llewelyn Davies fueron motivo de inspiración para los personajes de Peter Pan y de los niños perdidos. JM Barrie se los encontró por primera vez en los jardines de Kensington. Entabló una amistad para toda la vida con los padres, que murieron muy jóvenes, y los hijos, actuando a su manera de tutor. Siempre dijo que Peter “era una mezcla de todos ellos”, pero unos lo llevaron mejor que otros.
Dos de los hermanos murieron en circunstancias trágicas. George, el mayor, muy joven en Flandes, durante la I Guerra Mundial. Michael, el segundo, se ahogó con 21 años en aguas del Támesis a su paso por Oxford, donde estudiaba. Para JM Barrie fue un golpe duro pues era con los hermanos que más contacto tenía.
Pero, ¿qué fue de Peter, el tercero? Seguramente fue el único que odió a Peter Pan ya que su nombre siempre se asoció al personaje. Con 43 años se lamentaba diciendo que “si ese protagonista perennemente juvenil, si ese niño tan fatalmente comprometido con una detención de su desarrollo, se hubiera llamado George, o Jack, o Michael, o Nicholas, qué miserias me habría ahorrado». Triste y duro debió ser para Peter, editor de profesión, estar eternamente asociado al niño volador. Cuando nació su hijo, los periódicos londinenses anunciaban el nacimiento del hijo de Peter Pan y cuando, alcohólico y depresivo, se suicidó, tirándose al metro en la estación de Sloane Square, la prensa informó de su fallecimiento con titulares como «El niño que nunca creció ha muerto» y «El salto mortal de Peter Pan».
¿Dónde está Wendy?
El personaje de Peter apareció por primera vez en 1902, en un capítulo de El pajarito blanco y rápidamente obtuvo un gran éxito. En 1904 se estrenaba en teatro con igual acogida, y en 1911 JM Barrie escribió la novela que todos conocemos. Con una salvedad: el nombre original fue el de Peter y Wendy. Gajes del marketing, Wendy acabó desapareciendo de los titulares para dar paso a Peter Pan. Hasta hoy.
Ana Amador
No tenía ni idea de esta historia! Gracias Ana por regalarnosla!
Bonito rescate: curioso y entretenido.
Ana no conocía esta historia, me ha gustado mucho 😘