Ciclos
Me despierto un día con las gafas de cristal gris. La música suena distorsionada y la luz se ha vuelto fría.
Por la calle la gente parece antipática, fruncen el ceño, refunfuñan, escupen en la acera. El sonido de una moto me sobresalta, me giro para mirar al gilipollas y se apodera de mí un sentimiento homicida abrumador.
Qué pereza todo, qué cansancio, qué tristeza y qué asco. Esa noche me voy a la cama a las diez y me despierto a la mañana siguiente alrededor de las nueve. La cama sudada y yo todavía con sueño, pero notando cierta ligereza emocional.
Voy a mi pis matutino. Sangre. ¡Acabáramos!
PAULA
Muy buena presentación de este problema. Se llama síndrome disforico prémenstrual.Es muy frecuente. Como suele suceder hay teorías diferentes. Y creo que es muy útil hablar de estas cosas.