¡Tengo ritmo!
Llevaba tiempo dándole vueltas a esas cinco notas que se le habían metido en la cabeza pero no sabía cómo encajarlas, cómo plasmarlas en el pentagrama para que sonaran de forma original y no como una sucesión en la misma escala, algo que estaba ya muy trillado y demasiado escuchado en Broadway. Al final, sin proponérselo de forma seria y decidida, la melodía supuso el nacimiento del rhythm changes, una progresión de acordes, que utiliza cinco notas de la escala pentatónica primero en ascendente y después, esas mismas notas, en acordes descendentes. Esa progresión de acordes fue la base para grandes composiciones de jazz que firmaron legendarias leyendas como Charlie Parker o Dizzy Gillespie.
George Gershwin compuso su I got rhythm en el año 1928, pero no se publicó hasta dos años más tarde. En principio, la melodía fue concebida como una canción de tempo lento. Y, como ocurre con muchas partituras, el cajón del compositor se convirtió en esa nevera donde reposan los buenos productos antes de servirlos en mesas refinadas. Había que ponerle letra. El hermano de George, Ira Gershwin, no daba con la rima. Todas le parecían insultas, impostadas, vanas… Y George le dio la solución: no hagas rimas, escribe palabras, una detrás de otra sin necesidad de que tengan una rima final. Utiliza palabras tabú de la vida cotidiana. Y así surgió la letra que sería toda una novedad en el mundo del jazz de la época. La oportunidad llegó con el estreno del musical Girl Crazy. Fue el 14 de octubre de 1930 en el Alvin Theater de Nueva York. La cantante Ethel Merman fue la encargada de estrenar el I got rhythm. Cuando finalizó el número, el público aplaudía y aplaudía de tal forma que la Merman no tuvo más remedio que parar el espectáculo y repetir la canción cuatro o cinco veces.
Pero el verdadero éxito no llegó hasta que la composición fue vista y oída en la gran pantalla. En el año 1951, Gershwin acometió la composición de la banda sonora de Un americano en París, protagonizada por Gene Kelly y Leslie Caron. Y tiró de partitura ya estrenada, con algunos retoques, para el número en el que el cantante y bailarín debía lucirse. Si en Broadway el I got rhythm había sido un éxito, qué decir del número que dio la vuelta al mundo dentro de la que es considerada la novena mejor película musical de todos los tiempos.
Con una base simple, esas cinco notas en ascendente y descendente, la versión que se escucha en Un americano en París repasa todos los estilos posibles, autoalimentándose de sus propias versiones, mientras los niños parisinos del barrio bohemio donde vive el protagonista disfrutan de lo lindo, no ya sólo con la canción, sino con la puesta en escena, donde se recorre el jazz, el swing, el claqué… En fin, que la canción, como se demuestra en la película, no pudo tener mejor título.
I got rhythm ha sido versionada por decenas de cantantes dada su calidad y su ritmo. Cada uno de ellos adaptó la melodía a su propio estilo y es difícil hacer un ranking de las mejores versiones, cuando las han firmado artistas de la talla de Ella Fitzgerald, Oscar Peterson o Benny Goodman.
GABRIEL SÁNCHEZ
Aquí se pueden comparar las dos versiones de I got rhythm. La versión original tocada al piano y la versión para la película Un americano en París, interpretada por Gene Kelly: