Tres artes, tres clásicos, tres nombres
La idea le estaba rondando por la cabeza desde hacía años. Y encontró el momento adecuado para llevarla a cabo. Su última película La caída de los dioses había sido todo un éxito y los productores estaban deseando recibir una nueva propuesta del director para dar el visto bueno, casi, casi, sin leer el guión.
Visconti se decidió, por fin, a llevar a la pantalla la obra de Thomas Mann, Muerte en Venecia. En la novela, el autor prefiere otorgar al protagonista el oficio de escritor, a pesar de que el personaje tiene cierta similitud –o toda, vaya usted a saber—con el compositor Gustav Malher. Incluso se permite mantener el nombre de pila para señalar al personaje, aunque le cambia el apellido por el de Von Aschenbach, mucho más austriaco. En el guión cinematográfico, Von Aschenbach vuelve a ser músico, que es lo suyo.
Toda la obra es un canto a la belleza, frente a la idea de vejez, fealdad, decrepitud que son conceptos que anuncian la muerte. Así ocurre tanto en la obra literaria como en la transcripción cinematográfica: el personaje Gustav está abocado a la muerte después de conocer la belleza excelsa.
Los productores de La caída de los dioses no habían dejado a Visconti utilizar música de Gustav Malher. Consideraban que las composiciones del austriaco no encajaban en la trama. Y el cineasta italiano se resarció de este veto. Para mostrar ese concepto de belleza que planea por toda la cinta, Visconti utilizó el Adagietto de la Quinta Sinfonía de Malher. Se escucha en los títulos de crédito y constantemente en el intercambio de miradas que se cruzan Gustav Von Aschenbach y el joven Tadzio. Es el símbolo de la pasión que el adulto siente por el joven huésped del lujoso hotel veneciano donde ambos están alojados.
El Adagietto que es la columna vertebral de la banda sonora de Muerte en Venecia, supuso todo un fenómeno sociológico. Hasta ese momento (la película se estrenó en 1972), Malher era un autor sólo conocido por los melómanos. A partir de la irrupción en la película de Visconti, todos supieron tanto de su existencia como de su sensibilidad a la hora de plasmar sus sentimientos en el pentagrama. Incluso se cuenta que un productor norteamericano pidió que se contratara a ese Gustav Malher para que compusiera la banda original de su próxima película, costase lo que costase. La izquierda europea se veía reflejada en el personaje protagonista no tanto de Mann como en el de Visconti, tal vez por la interpretación soberbia de Dirk Bogarde dando vida a Von Aschenbach.
El movimiento de la Quinta Sinfonía no es la única obra firmada por Malher que se encacha en la Muerte en Venecia viscontiniana. El director, enamorado de la música del austriaco, utilizó también el cuarto movimiento de la Cuarta Sinfonía, interpretada al piano cuando Alfred, uno de los personajes de la obra le dice al protagonista: “Ésta es tu música”, un claro compromiso del guión para decirle al público que Malher es quien protagoniza la película. En otro momento, concretamente en la playa donde Von Aschenbach conoce a Tadzio, podemos escuchar el canto que una contralto interpreta en la Sinfonía número 3.
Pero no todo es Malher. Visconti ni quiso “matar” a su personaje con música tan sensible para que no se relacionara la muerte con la obra del autor que había jalonado toda la cinta y que era sinónimo de belleza. Para la muerte del protagonista en la playa utilizó una canción de cuna del músico ruso Modest Mussorgsky.
Visconti hizo algo que no era muy habitual en aquella época: grabó la banda sonora antes de iniciar el rodaje del film. Tenía muy claro qué quería que se escuchase y dónde. Para la grabación llamó a su inseparable colaborador Franco Mannino, quien dirigió a la orquesta de la Academia Santa Cecilia de Roma para interpretar las partituras compuestas por Gustav Malher. La contralto fue Lucretia West, una cantante negra norteamericana; Claudio Grizzi interpretó las partes que se escuchan al piano y la soprano Mascia Predit interpretó la nana final.
GABRIEL SÁNCHEZ
Quinta Sinfonía, Movimiento 4 de Gustav Mahler y Muerte en Venecia: