El que quiere ser rico
Trabajar como dependienta te expone a todo tipo de personajes. Hay quienes vienen a charlar, la soledad se lee en los ojos y en la manera en la que te cuentan historias. Hay gente que quiere cosas gratis y no le da ninguna vergüenza pedirlas. Hay interacciones que parecen sueños medio lúcidos.
Una de esas interacciones fue con un hombre que venía a por un perfume. Se sorprendió de que fuese “barato”. No le hizo ni pizca de gracia y parecía ofendido por haber elegido un olor “tan corriente”. Según él, no tenía ningún sentido que este perfume costase tan poco y, como si fuese yo quien hubiese puesto los precios de los perfumes, la tomó conmigo.
PAULA
Como una ráfaga de aire fresco tus escritos, Paula. Las viñetas me gustan más que comer con los dedos. Yo admiro a esta joven autora.
Como siempre, rabiosa crónica de actualidad.