The Shadows – The Shadows
Este año se cumple medio siglo del debut discográfico de la banda que respaldaba a Cliff Richards: The Shadows. Un álbum prácticamente instrumental que alcanzó los puesto más altos de las listas e influiría a muchos guitarristas de rock de mediados y finales de los 60.
Con una instrumentación básica –guitarra solista, guitarra rítmica, bajo y batería–, la banda británica que gobernó los charts antes de que los Beatles se hicieran con el monopolio del sonido beat consiguió fusionar el carácter minimalista del folk americano con las influencias del jazz y del blues de las que bebían en una época en la que el rock & roll acababa de nacer y el pop aún estaba por definir.
El sonido de la guitarra de Hank Marvin, el solista de The Shadows, crearía un impacto en la manera de tocar de guitarristas de la talla de Eric Clapton o Ritchie Blackmore y su inventiva en las seis cuerdas nos mantiene enganchados a lo largo de las catorce canciones que forman un disco emblemático que marcó a una generación de músicos tanto en las islas como en el nuevo continente.
El sonido de este trabajo, producido por Norrie Paramor, es impecable y da espacio a cada uno de los miembros de la banda. La sección rítmica siempre camina bien engarzada para que Marvin exponga las melodías y el detallismo compositivo y arreglístico sale a relucir en cada corte. A pesar de su liderazgo sonoro en el grupo, canciones como “See You In My Drums” –en la que el batería Tony Meehan es el protagonista absoluto– o “All My Sorrows” –una versión de The Kingston Trio en la que el bajista Jet Harris lleva, literalmente, la voz cantante– demuestran que The Shadows era en 1961 un conjunto de cuatro músicos con valor propio a pesar de haberse acostumbrado a estar a la sombra de un cantante.
GUILLERMO S.A.
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No hace falta saber de música para disfrutarla y resucitarla en nuestra memoria.
Bravo Guillermo