Fito & Fitipaldis – Los Sueños Locos

Hace 20 años –el mismo año en el que Platero y Tú se disolvió– Fito Cabrales lanzaba la segunda referencia de su proyecto en solitario, el cual le llevaría a ser uno de los artistas en solitario más reconocidos del rock español.

A pesar de haber sacado 3 años antes un disco titulado ‘A Puerta Cerrada’ –en el que el vizcaíno parece haber volcado unas canciones quizás demasiado suaves para la banda, que aún seguía activa– es en ‘Los Sueños Locos’ donde empieza a intuirse la fórmula compositiva que llevaría años después a Fito a lo más alto del rock en castellano. “Al mar” y “A la luna se le ve el ombligo” son las dos canciones en las que mejor se aprecia esa fórmula.

El disco también cuenta con dos versiones, “Para toda la vida” del acordeonista mexicano Flaco Jiménez y “Mientras tanto” de Leño, en la que Rosendo Mercado pone voz a una interpretación casi latina de la canción. Es precisamente ese maridaje de lo latino con el rock urbano del que bebió el artista en su juventud lo que crea la “marca Fito”. El sonido rockero y bluesero de las guitarras eléctricas y acústicas contrasta con ritmos y grooves de inspiración rumbera. Eso, unido al uso del saxofón y la conga, crea un sonido muy para todos los públicos que fue determinante para hacer de Fito & Fitipaldis un producto de consumo masivo. 

Es interesante subrayar que el álbum fue grabado y producido por Iñaki Antón, el guitarrista de Platero y Tú y de Extremoduro pero masterizado por Ted Jensen, el cual llegó a trabajar hasta con Bob Marley. También cuenta con la participación en la guitarra de José Alberto Batíz, del poco conocido –al menos fuera de Euskadi– grupo de rock Akelarre, el cual tiene poco que envidiar a los arreglos con los que años después enriquecería Carlos Raya las canciones del bilbaíno.

Un par de canciones instrumentales, un blues en el que se acelera el tempo y una balada completan un disco en el que unas letras vitalistas con dosis de malditismo y un sólido molde compositivo comenzaron a dar forma a la figura inconfundible de boina, patillas y pendientes al que hoy llamamos, cariñosamente, Fito.

GUILLERMO S.A.

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