‘¡Vacuná!’

Nunca creí que la celiaquía me fuera a dar tal alegría. Cuando me llamaron para decirme que entraba en el Grupo 6 de vacunas en Reino Unido por ser celíaca y que ya podía pedir cita me bailé una jota y se lo conté a todos mis grupos de WhatsApp.

Me desperté emocionada, me puse mi chándal elegante y unos pendientes hechos por mí (al que me vacunó le gustaron mucho, que me lo dijo). Iba en el metro cual pavo real, pensando “esto avanza”. 

Al llegar al sitio todo fluyó, los voluntarios trabajaban eficazmente para guiarte de un sitio a otro. Yo cada vez que me topaba con alguien le contaba lo contenta que estaba. 

Mientras Mr Vacunador cargaba la jeringuilla, yo miraba ese líquido del que tanto hemos hablado, especulado y debatido el último año y medio, y pensaba “aquí está, el futuro”. El pinchazo en sí debió durar un segundo como máximo. Yo querría haberme quedado ahí charlando un rato, la verdad, pero bueno, salí tan contenta y me fui al metro. 

De camino a casa miraba a mi alrededor y pensaba “esta gente no sabe que ME ACABAN DE VACUNAR”. Me daba ganas de gritarlo por la calle, bailar y saltar de la emoción. A las cuatro horas me subió la fiebre. Pasé una noche rara. Eso sí, mejor dos días de esto que diez de Covid. Eso no lo dudo. 

PAULA