Una paella en el camerino
Louis Armstrong sólo actuó una vez en España. Fue el 23 de diciembre de 1955, en Barcelona. El Club 49 y el Hot Club llevaban meses realizando extraordinarios esfuerzos, en contacto con el manager del músico, Joe Glaser, para que incluyera Barcelona en su gira europea prevista para finales de año, y que contemplaba, entre otras ciudades, Roma y Ostende. Por fin recibieron el ok de Glaser y los conciertos se programaron para los días 22 y 23 de diciembre. El local, el Windsor Palace, ubicado en el número 474 de la Avenida Diagonal.
Roma amaneció nevada la mañana del 22 de diciembre y el avión que debía trasladar a Armstrong y su banda, los All Star, a España despegó del aeropuerto de Ciampino a media tarde. El primer concierto en Barcelona, pues, había quedado suspendido.
En el aeropuerto del Prat, la banda fue recibida por los directivos de los clubes de jazz organizadores del evento, e intentaron convencer al trompetista para que prolongara por un día su estancia en España, para satisfacer a todos los fans que habían agotado las entradas. Imposible. El día 24 tenía un compromiso en la ciudad belga de Ostende y no era cuestión de ir cancelando conciertos por media Europa. ¡Vaya imagen para Armstrong! Se intentó buscar una solución, pero todas las posibilidades parecían cerradas. Los músicos se mostraban cansados. Horas de espera en un aeropuerto, un vuelo incómodo, la llegada a la ciudad anfitriona a una hora intempestiva…. Cualquier solución que se barajaba en la sala de autoridades, a la espera de los automóviles que debían trasladarles hasta el hotel barcelonés, parecían vanas. Entonces, Satchmo, sobrenombre con el que se conocía cariñosamente al jazzista, tuvo una idea luminosa:
-Si me preparan ustedes una paella en el camerino para cenar, daré los dos conciertos: uno a las seis y otro a las diez de la noche.
Les faltó tiempo a los organizadores para dirigirse inmediatamente a todos los periódicos locales con el fin de que insertaran un anuncio, indicando que aquellos que habían perdido su localidad del 22 de diciembre, podían asistir al concierto de las diez de la noche del día 23, o bien canjear la entrada y se les devolvería el dinero. Nadie optó por esta segunda posibilidad.
Armstrong ofreció dos conciertos el mismo día con un paréntesis de casi dos horas, en el que junto a Trummy Joung, su trombón, Edmond Hall, clarinete, Billy Kile, pianista, Arvel Shaw, contrabajo, Barrett Deems, batería, y la vocalista Velma Milddeton, se zamparon una suculenta paella en el camerino, “con mucho arroz”, tal y como había pactado el músico para acceder al doblete. Más que repetir el concierto, puede decirse que la banda ofreció dos diferentes, pues no repitió ni una sola canción, de las quince que componían el repertorio, en cada una de las sesiones. Las más conocidas, C’ es si bon, La vie en rose, When the saints go marching in o Black and blue, las interpretó en el de las seis de la tarde y ya no se escucharon por la noche. Eso sí: fiel a su tradición, los dos conciertos comenzaron con el clásico When it’s sleepy time down south, la canción con la que abría todas sus actuaciones como magnético heraldo jazzístico que anunciaba su presencia en cualquier parte del mundo. Y Barcelona, a pesar de la atropellada cita, no fue una excepción.
GABRIEL SÁNCHEZ
Aquí se puede escuchar el clásico When It’s Sleepy Time Down South, en un concierto celebrado en marzo de 1963 en Sydney (Australia). Junto a Louis Armstrong, están Trummy Young, Billy Kyle y Arvell Shaw, que le acompañaron también en Barcelona, y Joe Darensbourg y Danny Barcelona.
Lo que no consiga una buena paella…..
Buena solución la de la paella. Y desde luego es un placer escuchar, y ver tan jóven a este número uno del jazz.
Muy interesante, me gusta conocer anécdotas. Gracias